La sombra de La Todolella

Aún no han pasado dos años desde aquel fatídico 6 de febrero de 2005. Entonces, fue otra celebración, un cumpleaños, el motivo que congregó a 18 personas en una misma habitación, en el albergue de San Cristóbal. En la misma habitación en la que, a la mañana siguiente, fueron encontrados todos sus cadáveres. Fue la tragedia más grave por inhalación de gas de los últimos 15 años en España.
En aquel caso, las heladas previas a la fecha habían hecho estallar muchas cañerías y la calefacción del establecimiento rural en el que se reunieron y en el que habían decidido pasar la noche no funcionaba. Los gerentes del albergue se lo comunicaron y, de hecho, barajaron la posibilidad de trasladar la celebración a otro lugar. Sin embargo, prefirieron no cambiar los planes y solventaron la falta de calor con una estufa muy potente, pero inadecuada. Era una estufa industrial, propia de granjas, que precisaba, para la correcta combustión del butano, mucha ventilación. Sin embargo, la habitación estaba cerrada a cal y canto para evitar la entrada del frío mañanero a más de 800 metros de altitud.
La intoxicación por monóxido de carbono mientras se está durmiendo provoca la conocida como muerte dulce, que fue la causa del fallecimiento de las 18 personas de La Todolella y, probablemente, la que en la tarde del pasado 31 de diciembre acabó con la vida de Ana y Sara en Cortes de Arenoso. La falta de oxígeno provoca un aturdimiento que afecta también a los músculos, lo que explica que intentaran levantarse y cayeran al suelo.
El suceso del albergue conmocionó a todos los habitantes de las comarcas de Els Ports y L'Alt Maestrat igual que ayer ocurrió en Cortes. Casi dos años después de que el idílico albergue de San Cristóbal cobijara los 18 lechos de muerte, sus familias siguen buscando un culpable. Por ello, se abrió un procedimiento judicial para determinar la respuesta a preguntas como por qué se autorizó la apertura de un albergue, de titularidad pública municipal y gestión privada, cuando éste no cumplía la normativa.
Tanto en La Todolella como en Cortes de Arenoso las celebraciones acabaron en tragedia. Y el frío aparece como origen de un proceso que termina con la muerte.
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