"Si sabían lo que pasaba, ¿por qué no nos avisaron con más tiempo?"

Hace 10 años que no ve a su familia en Machala, un pueblecito cerca de Guayaquil, en Ecuador. La auto suspensión de actividades de Air Madrid el pasado viernes por poco da al traste con sus planes de reencuentro familiar en Navidad. Pero Maryuri Córdoba, a fuerza de insistir telefónica y presencialmente al Ministerio de Fomento, ha conseguido un billete de ida a Guayaquil. "Llevo desde el sábado llamando al ministerio y viniendo al aeropuerto de Barajas para que solucionen mi problema", explica Maryuri, a punto de facturar su equipaje y las maletas de sus dos hijos, Alan, de 11 años, y Jonathan, de 7. "No es justo que encima de sufrir todos estos problemas, ahora tenga que renunciar al billete de vuelta", observa Maryuri.

Trabaja como dependienta en una tienda de Madrid y le ha costado "muchas horas" reunir los 2.000 euros que pagó por tres billetes de ida y vuelta de Air Madrid con destino a Guayaquil. Debía partir de Barajas el 26 de diciembre, para volver en febrero.

Fomento consideró su caso y le dio la oportunidad de embarcar en el último vuelo especial fletado por el ministerio, que despegó ayer del aeropuerto madrileño a las dos de la tarde con 276 pasajeros más y 11 bebés. Pero tuvo que renunciar al billete de vuelta. "No es justo, yo he pagado. Trabajo en España y pago mis impuestos aquí. Ahora, para volver, me tengo que buscar la vida", cuenta. "Pero ya basta. Me voy. No me queda otra", suspira mirando al techo de la terminal 1.

Maryuri ha leído en la prensa los problemas organizativos y de seguridad que la Administración había detectado en las actividades de Air Madrid. No entiende cómo no pensaron mejor las consecuencias que esto podía tener en sus usuarios. "Si sabían lo que pasaba, ¿por qué no nos avisaron con más tiempo?", se pregunta.

Alan y Jonathan facturan los primeros. Maryuri enarbola los números de localización que les ha dado Fomento. También es necesario el billete de Air Madrid. Ya pueden embarcar. Solucionada la ida. La vuelta queda en el aire.