Unos 100.000 menores sufren pérdidas de memoria y alrededor de 40.000 faltan a clase por fumar hachís

Las drogas ilegales tienen efectos a corto plazo que interfieren en el rendimiento y el desarrollo de los menores. El Ministerio de Sanidad, en su intento de que éstos no tomen estas sustancias, hizo públicos ayer sus últimos datos al respecto, extraídos de la Encuesta de Población Escolar (de 14 a 18 años) de 2004. Sobre el cannabis (lo ha tomado alguna vez en el último año un 36% de los encuestados frente a un 11% de adultos), la ministra Elena Salgado destacó lo siguiente: un 24% sufría pérdidas de memoria; un 15,8% reconocía dificultades para estudiar o trabajar; un 14,3% sentía tristeza, ganas de no hacer nada o depresión y un 10% faltaba a la escuela.

Los datos de Sanidad apuntan a que unos 400.000 adolescentes está en riesgo de desarrollar una adicción al cannabis [ver EL PAÍS del 8 de marzo]. Traduciendo los porcentajes a cifras, casi 100.000 sufre pérdidas de memoria; 60.000 de concentración; la misma cantidad, apatía o depresión y 40.000 absentismo escolar. Estos datos se obtienen aplicando los porcentajes a los consumidores de riesgo (definidos por Sanidad como aquellos que fuman tres porros al mes), que son unos 240.000 chicos y unas 150.000 chicas, de acuerdo con los datos de la encuesta.

Sobre la cocaína, que al menos probaron un 6,8% de los menores frente a un 2,5% de los adultos en 2004, los efectos son: problemas para dormir (un 44%); pérdida de memoria (un 14%); tristeza o depresión (12,6%) y problemas económicos (11%).

Salgado recordó que el consumo de estas sustancias entre menores ha aumentado en la última década (se ha duplicado la tasa de consumidores de cannabis y cuadruplicado la de cocaína), y que la tendencia parece mantenerse. Para frenar esta escalada presentó una campaña, que tiene como lema Drogas: hay trenes que es mejor no coger.