Azufre, vinagre, Salieri

"Estoy descorazonado, deprimido, hundido". A Jan Janssen, ganador del Tour del 68, gafitas y maillot naranja del Bic, enhiesto y firme aún a sus 66 años, sólo le dobla el ánimo una constatación. "En todas las reuniones que ha habido esta semana del Mundial sólo se ha hablado de un tema, del dopaje", dice. En efecto, esta semana se han reunido, juntos y por separado, equipos, UCI, organizadores, corredores. En su orden del día, monotema: el dopaje, la Operación Puerto, el positivo de Landis, los avances científicos. Salieri, vinagre, azufre, veneno, centro del universo alrededor del que giran todos los satélites. "Y lo peor", cierra Janssen, eco de múltiples voces del mundo ciclista, "es que el asunto nos desborda a todos. Nadie sabe qué hacer. Nadie tiene autoridad para cambiar las cosas".

Pero por propuestas y novedades que no quede. En el frente científico, la UCI pondrá en marcha análisis de ADN de todos los corredores para contar con una base de datos que permita identificar con rapidez y sin dudas fluidos y elementos como las bolsas de sangre halladas en la Operación Puerto. Además, los corredores se mostraron dispuestos a someterse a análisis fisiológicos completos para medir la capacidad de cada uno: si alguno supera en alguna prueba los umbrales fijados por los fisiólogos, sería suspendido. Esta idea aún no está madura, pero podría ser una más de las que tome en consideración el grupo de trabajo -fisiólogos, psicólogos, sociólogos, psiquiatras- que, dirigido por el belga Xavier Sturbois, entregará en un año un estudio completo de la cuestión a la UCI.

Antesd de ello, los equipos del ProTour decidieron que se autosuspenderían colectivamente durante ocho días en caso de sumar dos controles positivos en los 12 meses procedentes y durante un mes por tres positivos en los últimos 24.