Cosacos

Uno de los despiadados colaboradores de A tu lado (Tele 5) dijo, refiriéndose a algún incauto que había cometido la imprudencia de mentir más de la cuenta: "Miente como un cosaco". Fue un lapsus, pero este tipo de confusiones son cada vez más frecuentes (otro día les oí decir: "son gafes del oficio"). En un mundo en que los cosacos mienten es probable que los bellacos beban. Es el peligro de tener que hablar demasiado. En las retransmisiones de La Sexta, por ejemplo, Andrés Montes practica una torrencial y extenuante verborrea. Su idea, intuyo, pretende trasladar el ambiente de sofá con amigotes cerveceros o de concurrida barra de bar de hinchas a la televisión. Chistes, comentarios, anécdotas, todo se vuelca sin solución de continuidad. El problema es que si te toca ver el fútbol al lado de Montes acabas deseando que el comentarista vocacional hable la mitad de lo que habla. O mejor aún: la mitad de la mitad.

En otra retransmisión de La Sexta, más convencional y sobria, me tropiezo con un comentarista totalmente distinto a los demás: el ex portero Hugo Loco Gatti. Practica la ironía vanidosa, una modalidad de comentario tan amena como temeraria, que igual le lleva a llamar cariñosamente africanitos a los jugadores de Costa de Marfil como a soltar certeros aforismos del tipo: "En los vídeos todos somos buenos".

Para completar su plantilla de expertos, La Sexta también ha fichado a Juan Manuel Lillo, virtuoso del circunloquio mutante. No tardó en citar a José Antonio Marina, a cuestionarlo casi todo conceptualmente y a expandir un tipo de labia que le puede llevar a soltar: "Todos somos más hijos de nuestro entorno que de nuestros padres". El conflicto entre entorno y orígenes familiares también estuvo presente en ¿Dónde estás, corazón? (Antena 3). Entrevistaron a mister Al Fayed, el padre vivo del ex novio muerto de la fallecida Lady Di. Al Fayed acusó al príncipe Felipe de ser un bastardo, un nazi y cómplice de asesinato. Me refiero al príncipe Felipe de Inglaterra, que conste.