Hereu dice que no es posible garantizar la seguridad en un acto multitudinario

Garantizar la seguridad absoluta en un acto que congrega a 125.000 personas resulta "muy complejo". Así lo indicó ayer el portavoz del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Hereu, al comentar los disturbios que se produjeron en el centro de la ciudad después de que el Barça conquistara la Liga de Campeones. No obstante, insistió en que la Administración estará atenta a los procesos judiciales que puedan abrirse para que los agresores no queden impunes. "Hay que tener claro que quien la hace la paga".

Hereu se mostró abierto a estudiar la posibilidad de trasladar este tipo de actos a otros lugares de la ciudad, aunque matizó que será "difícil". Esta idea fue defendida ayer mismo por la consejera de Interior, la también socialista Montserrat Tura. La consejera, de quien depende la policía autonómica, reconoció que celebrar los títulos futbolísticos en Canaletes es "una tradición muy arraigada", por lo que será necesario "trabajar mucho y durante años para sustituirla". "Mientras no sea así deberemos montar dispositivos en esa zona y pedir elementos de seguridad pasiva a los comercios", indicó Tura.

El presidente del grupo municipal de Convergència i Unió, Xavier Trias, rechazó tal idea y exigió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ciudad para establecer "nuevas medidas que eviten el vandalismo en las noches de festejos". Trias exigió a la Generalitat y al Ayuntamiento que aplique medidas de prevención más efectivas: "No nos podemos resignar a que las grandes concentraciones acaben siempre en disturbios, saqueos, destrozos, heridos y detenciones".