Activismo y juego, en una parodia inspirada en la multinacional McDonald's
"Juegos políticos contra la dictadura de la industria del entretenimiento". Así define sus proyectos Molleindustria, un colectivo de artistas afincados en Milán fundado en 2003. Su último trabajo, McDonald's videogame, es un proyecto de crítica y contra-información, que permite dirigir la multinacional de comida rápida. "Dirigir una multinacional no es nada fácil; detrás de cada hamburguesa hay un complicado proceso que el jugador tiene que aprender a gestionar", explica Paolo Pedercini, fundador de Molleindustria.
El jugador tiene que controlar todas las fases de la producción: desde la explotación intensiva de pastos y ganadería, hasta la gestión de los restaurantes y la política de difusión de la marca.
"Las relaciones públicas son indispensables para evitar que nuestros enemigos ensucien nuestra marca. McDonald's es mucho más que una cadena de fast-food, es un estilo de vida, un símbolo de la superioridad de la cultura occidental", se lee en las pantallas del juego.
El jugador usa semillas modificadas genéticamente para incrementar sus cultivos de forraje. El juego propone el empleo de hormonas en el crecimiento de las reses. También es vital el control de las informaciones para que ninguna noticia negativa llegue a la prensa.
El proyecto, distribuido gratuitamente, se inspira en los juegos de simulación y se desarrolla en cuatro entornos -el campo, la explotación ganadera, el fast-food y el cuartel general- que predican la insostenibilidad de este proceso.
Molleindustria se dio a conocer con proyectos "políticamente incorrectos" como Queerland, el juego de las identidades sexuales negadas, donde es posible cambiar de sexo y el Papaparolibero, una interfaz que permite atrapar las palabras de los mensajes papales para recomponerlas en discursos inéditos.
MOLLE: www.molleindustria.org

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