Una selección muy unida

Hubo nombres propios en la semifinal que España ganó a Dinamarca. Fueron los de David Barrufet e Iker Romero. Es cierto que las paradas del portero y los goles del lateral impresionaron y fueron determinantes en la victoria. Sin embargo, tan importante fue la inteligencia de Mariano Ortega y su aportación al ataque, excelentemente dosificado por el seleccionador, Juan Carlos Pastor. Y también el trabajo de Rolando Uríos y los demás. Porque España juega como un equipo.

Dinamarca se defendió bien al principio, pero la entrada de Chema Rodríguez en el centro de la ofensiva sirvió para dar aire y relajar a un Iker que se iba a convertir en una pieza clave. Junto a Alemania, Dinamarca es el cuadro que mejor ha sabido jugarle a España.

Se ha demostrado que las dos mejores plantillas son las de España y Francia. Y esto es crucial en una competición tan intensa. Croacia estaba ayer fundida y no tuvo capacidad de réplica. A mi modo de ver, sin embargo, España está en inmejorables condiciones para repetir el oro del Mundial. Francia jugará mejor que en la primera fase. Pero Pastor ha mantenido la unión del equipo. Sus jugadores se sienten en un proyecto común. Y ése es un valor que ya no tienen los franceses.