El Gobierno japonés prorroga la misión de las tropas en Irak

El presidente de EE UU, George Bush, y el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, confirmaron ayer durante la cumbre celebrada en la sureña ciudad de Kioto la alianza existente entre la primera y la segunda economías del mundo. Koizumi anunció la extensión de la misión de los miembros de las Fuerzas de Autodefensa de Japón (Ejército) que concluye el 14 de diciembre, extremo que tiene que refrendar el Parlamento, donde los partidos en el poder tienen mayoría absoluta.

Dos años después de la visita realizada en octubre de 2003, Bush aseguró en una conferencia de prensa conjunta con Koizumi que Japón "es el pilar de la seguridad y la estabilidad en la región, y una fuente de confianza para el futuro de Asia. Es una pieza clave en la relación de fuerzas en el continente asiático. En él tenemos a un buen amigo en cuanto a la democracia y las libertades. Es una relación de importancia vital".

En este sentido, recordó el apoyo logístico que Tokio brinda a Washington con el despliegue de 600 efectivos en el sur de Irak, dedicados a tareas de reconstrucción y humanitarias, y con el suministro gratuito de combustible en el océano Índico para los aliados en Afganistán.

Bush expresó su confianza en la misión internacional que lidera EE UU en Irak al indicar que está seguro de que conseguirá establecer la democracia en el país árabe, aunque matizó que "la única razón por la que no podamos lograrlo es que perdamos los nervios".

El deseo de Japón de ocupar un escaño permanente si se amplía el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a contar con el apoyo de Bush, que elogió el proceso de reformas políticas y económicas del programa de Gobierno de Koizumi.