La depuradora de Butarque reducirá los malos olores de Madrid y Perales

Los olores de la depuradora de Butarque que sufrían vecinos de Villaverde, Villa de Vallecas (Madrid) y Perales del Río (Getafe) serán menos a partir de ahora, al taparse los depósitos donde se depuran las aguas residuales de la capital, obras que se integran en un plan de mejoras de 500 millones de euros.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, acompañado por la concejal de Medio Ambiente, Paz González, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, José María Macías, y los concejales de los dos distritos más afectados, Carlos Izquierdo y Ángel Garrido, visitó ayer la depuradora y colocó la primera piedra de su ampliación, que costará 20,7 millones.

Para cubrir estos depósitos circulares (96.000 metros cuadrados), donde se depuran las aguas residuales antes de verterlas al río Manzanares, el Consistorio ha invertido 6,3 millones. Con este dinero también se ha podido instalar un sistema de depuración de aire para que éste salga más limpio.

Con estas mejoras, y con el Plan de Infraestructuras para la Mejora de las Aguas del Manzanares, que también se presentó ayer y que costará 500 millones, Madrid será "un referente mundial en la depuración de sus aguas", según González, quien destacó los 34 kilómetros de nuevos colectores que se harán a lo largo del río.

El Manzanares, gracias a este plan de infraestructuras, que estará concluido antes de verano de 2007, "triplicará su caudal", según Ruiz-Gallardón, quien destacó que estas actuaciones "no son un lavado de cara de la ciudad, sino una actuación para cambiarla, para que sea capaz de dar respuesta a su propio dinamismo".

Las obras de ampliación de la depuradora de Butarque terminarán en 18 o 20 meses y forman parte del plan de mejora de la calidad del agua del río, que prevé, además de los colectores nuevos de hasta siete metros de diámetro, 12 estanques de tormenta para almacenar el agua de las grandes precipitaciones y evitar que vaya al río sin depurar.