La botella de refresco destapada

Tres establecidas y ciertamente similares bandas pasaron por Madrid en la primera convocatoria de este festival itinerante que lleva camino de convertirse en una de las citas ineludibles del rock alternativo invernal en directo en nuestro país. En realidad, a los primeros, The Delays, fue complicado verles dada la premura de inicio del festival. España no es Inglaterra y es bastante complicado programar aquí conciertos a las siete de la tarde, dado que su público natural está a esas horas o estudiando o trabajando. A quien si dio tiempo a ver fue a los históricos y australianos The Go Betweens, banda de pop melódico que mezcla con sabiduría guitarras eléctrica y acústica. Con sus dos líderes originales -Robert Forster y Grant McLennan- a la cabeza, el cuarteto presentó los temas de su último disco, Oceans apart, pero no olvidó alguna de sus composiciones clásicas, caso de Bachelor kisses, Magic in here o Too much of one thing, con la que cerraron su actuación.

En cuanto a Teenage Fanclub, las estrellas de la noche, volvieron a encontrarse con un público que, literalmente, les adora; una generación de espectadores que supera los treinta años y disfruta lo indecible con su pop a lo Byrds interpretado por esos tres reseñables cantantes, compositores e instrumentistas: Norman Blake, Gerard Love y Raymond McGinley, más el batería Francis McDonald. Desde el privilegiado lugar que disfruta como luminaria del pop alternativo actual, el cuarteto desgranó los temas de su reciente álbum, Man-made, aunque también repasó las épocas más gloriosas de su extensa discografía. Fueron sus mejores momentos las interpretaciones de I'ts all in my mind, Sparky's dream y Everything flows, temas con los que sus admiradores, que son legión, se fueron a casa más que satisfechos; aunque a los que no lo son tanto y a riesgo de convertirse en poco populares a los ojos de los primeros, la sensación que les queda al ver a grupos así es la de beber refresco con burbujas de una botella previamente destapada durante largo rato: sabe a refresco, sí, pero sin fuerza.