"Me jugaba mucho"

Luis Aragonés se manifestó sin que nadie le preguntase nada cuando vio el micrófono. "Estoy contento por ganar, porque se ha ganado, porque me estaba jugando mucho", dijo el seleccionador español en el programa El larguero, de la SER. "Pero hay cosas que hay que solucionar. Sobre todo hay que mejorar en el tema de la frialdad en los primeros 25 minutos. Nos pudo costar dos goles y el partido. Sabíamos el ritmo con que iba a salir Bélgica. Teníamos que tener cuidado y no ha sido así. Luego al principio de la segunda parte Raúl ha tenido un par de ocasiones y las cosas han ido mejor".

El seleccionador atravesaba un periodo de dificultades. El empate de la pasada jornada de clasificación, (1-1) ante Serbia en el Calderón, puso a España en unas dificultades inesperadas y a Luis Aragonés ante el compromiso más difícil de su carrera. Una derrota en Bruselas, o un empate, le colocaba al borde del fracaso al cabo de una carrera que lo había situado ante su gran reto: acudir a un Mundial.

"Me he quedado en el banquillo un rato", confesó el técnico; "intentando responder a ese mal comienzo. ¿Nervios? Tal vez los jugadores esperaban que Serbia perdiera o empatara en Lituania y no ha sido así. Después, teníamos mucha distancia entre líneas en el medio campo y todos los rechaces iban para el contrario. Bélgica metía pierna larga y nosotros no mucha. Después del descanso hemos ido a mejor. He metido a dos refrescos, sobre todo Reyes".

Reyes salió del vestuario caracterizado como el príncipe de Utrera. Traje negro, corbata rosa, y manos anilladas aferrando dos teléfonos calientes. "No es lo normal", dijo, comentando su entrada rompedora en el partido, cuando clavó dos centros desde la izquierda que Torres remató a la red. "No es normal que de las dos primeras jugadas salgan dos goles que resolvieran el partido".

"Ha sido una victoria importante", comentó Reyes. El sevillano regresó a la selección haciendo mucho ruido. Llevaba un tiempo fuera del equipo. Venía de atravesar un valle en su rendimiento, tanto en el equipo nacional como en el Arsenal, y su figura se relacionaba más con el bullicio -la arenga de Luis Aragonés con Henry de por medio que terminó en conflicto internacional- que con sus partidos. Después de un año de titubeos en Londres, de amagos de regreso a España, ayer corroboró su mejoría.

"Sí", dijo; "estaba preocupado porque Luis no me llamaba y temía no poder venir aquí. Llevo dos años en el fútbol inglés y ahora me encuentro por fin más cómodo. Quizás me he aclimatado a la fuerza. No tengo más remedio que adaptarme y he aprendido mucho. Irme a Londres fue un cambio muy radical. Es una ciudad muy diferente a Sevilla, y son maneras muy distintas de ver la vida".

"Luis", recordó Reyes; "cuando me dio la entrada me dijo que diera lo que tengo como futbolista; que le dé alegría al equipo".

"No tengo tanta confianza"

Reyes fue la carta más acertada del seleccionador, que después del partido se mostró más pesimista que de costumbre. "Si España no se clasifica para el Mundial Luis sobra", dijo. "Y si luego no nos acercamos a los que ganan el Mundial diré adiós muy buenas". Sobre la posibilidad de clasificarse en el primer puesto del grupo, el técnico habló con realismo por primera vez en semanas. "Ya no tengo tanta confianza en el tema. Pero si Bosnia gana su partido a Serbia la puede dejar fuera".

"Con Torres", apuntó el técnico; "no he tenido nada. Ha pasado que un chico de 21 años se ha cabreado porque le he quitado del campo [contra Serbia en el Calderón]. ¿A que hoy no se ha cabreado, después de meter dos goles? Yo soy abuelo de 10 nietos y fui quien le puse en Primera División. Hoy me alegro tremendamente por él y por mí también".