El 'ararteko' censura al alcalde de Hondarribia por manifestarse en defensa del Alarde tradicional

El ararteko, Iñigo Lamarca, consideró ayer que el alcalde de Hondarribia, el peneuvista Borja Jauregi, no fue "prudente" al participar en la manifestación que el pasado sábado defendió en las calles de la localidad el Alarde tradicional, en el que las mujeres sólo pueden participar como cantineras. La marcha sirvió también de protesta contra la resolución de Interior, respaldada por el Tribunal Superior de Justicia, que ha primado en los horarios al desfile mixto, en el que las féminas salen como escopeteras al igual que los hombres.

Su participación en la marcha "le ha marcado como alcalde de una parte de la población de Hondarribia", sostuvo Lamarca, para insistir en que Jauregi "no ha hecho un ejercicio de gran responsabilidad", ya que el objetivo de la manifestación era criticar la resolución de Interior.

El ararteko subrayó que Jauregi, "como máximo responsable político de la localidad, está obligado a dar cumplimiento a la resolución" y a "trabajar en un escenario en el que se vaya eliminando la crispación y las aristas que hacen que el Alarde de Hondarribia sea conflictivo".

Lamarca hizo estas declaraciones tras dar a conocer la recomendación que envió al Ayuntamiento hondarribitarra el 11 de agosto sobre la celebración del Alarde este jueves. El ararteko no sólo no ha recibido una respuesta, sino que, en vista de lo sucedido, tiene claro que sus planteamientos han caído en saco roto.

Como ya hizo con el Ayuntamiento de Irún, y basándose de nuevo en la Ley de Igualdad, Lamarca instó al consistorio de Hondarribia a convocar un Alarde público mixto. Consciente de lo difícil que es que esta solicitud se haga realidad, le pidió que, "cuando menos" promueva de momento "formal y materialmente" la incorporación de la compañía mixta Jaizkibel al Alarde. Para ello, señaló el ararteko en su escrito, el Ayuntamiento debería condicionar el permiso otorgado a Alarde Fundazioa a su adecuación a la exigencia de no discriminar a nadie por razón de sexo.