Desmontada una organización que extorsionaba a empresarios chinos

Agentes de la Guardia Civil en el puesto de Collado Villalba (Madrid), en colaboración con el instituto armado de Mijas (Málaga), desarticularon ayer un violento grupo organizado de ciudadanos chinos que se dedicaban a la extorsión de empresarios de su misma nacionalidad. En total, fueron detenidas seis personas, aunque todavía continúan las investigaciones para averiguar si hay más miembros de la organización que no hayan sido desenmascarados, y precisar el alcance.

El origen de la investigación policial fue lo ocurrido el pasado 12 de junio. Ese día, miembros de la organización criminal entraron en la casa de un empresario chino de la localidad de Guadarrama (Madrid), maniataron y agredieron a sus dos hijos, menores de edad, y le exigieron cierta cantidad de dinero. Poco después, la Guardia Civil tuvo conocimiento de los hechos y siguió la pista de los agresores.

Las primeras investigaciones llevaron a los agentes encargados del caso a deducir que los criminales no podían haber elegido sus víctimas al azar, ya que pedían justamente las cantidades de dinero en efectivo que solía manejar el padre de los jóvenes, por lo que la investigación se centró en el círculo de trabajadores y amigos de la víctima.

Un día después de que el empresario chino hubiera sufrido la extorsión, los guardias civiles localizaron y detuvieron a F. C., de 31 años, y C. T., de 27, en Aranjuez y Guadarrama, respectivamente. Uno de los arrestados era empleado de la víctima, por lo que supuestamente fue él quien facilitó a la banda los datos necesarios para la perpetración de los hechos e incluso llegó a dar a los extorsionadores una llave del domicilio de la víctima. La otra persona detenida efectuaba labores de intermediario entre el origen de la información y los autores materiales de los hechos.

La Guardia Civil continuó con las investigaciones encaminadas a la identificación y localización del resto de las personas que intervinieron en el atraco sufrido por el empresario de Guadarrama. Esta tarea policial resultó "muy compleja", debido a que el grupo criminal formaba un círculo muy cerrado y que todos ellos se conocían entre sí por alias.

A partir de las dos personas inicialmente arrestadas, y gracias a la colaboración de la comunidad china afincada en Madrid, los agentes llegaron hasta Málaga, dónde vivían los responsables de la organización. En la capital de la Costa del Sol detuvieron a R. X., de 42 años; F. C., de 43; W. W., de 28 y X. G. C., de 50, presunto líder de la banda, apodado Hermano mayor.

Primero, estas cuatro personas elegían al compatriota que iba ser su víctima. Luego, por medio de un intermediario -residente en Aranjuez- captaban a uno de los trabajadores del empresario al que fueran a extorsionar, generalmente alguien que cobrara un bajo salario y que estuviera dispuesto a colaborar a cambio de una parte del botín, para obtener información. Para obtener el dinero no dudaban en utilizar métodos violentos, sin importarles la edad de sus víctimas.

Los arrestados tomaban fuertes medidas de seguridad para no ser detenidos, lo que dificultó en gran medida las investigaciones. Así, por ejemplo, los integrantes de la organización contaban con varios pisos alquilados en la localidad malagueña para dormir cada noche en uno diferente.