Interesantes 'jandillas'

La novillada de Jandilla tuvo variedad de juego. Interesante siempre. Los hubo sin entrega, como el primero, que embistió a golpes descompasados, o desigual como el segundo, que se definió hacia abajo. O como el rítmico tercero, que había manseado en varas. O un bravo y con fijeza cuarto, al que siguió un templado y noble quinto. Y para cerrar, un sexto también con fijeza que acabó algo vencido por el derecho. Pero, en fin, una novillada de buena nota.

La primera faena de Emilio de Justo tuvo oficio por encima de cualquier otra virtud. A ese novillo lo mató de una soberana estocada, suerte que repitió en el cuarto, al que toreó con mucho compás sobre la mano derecha pero con el que no llegó a aclarar ideas por el pitón izquierdo, por el que se decidió cortar de pronto y sin avisar una faena que había tenido buena pintura. A Raúl Martí le faltó geometría para entender a su primero y puso más voluntad que acierto en el quinto, al que banderilleó sin fortuna. David Esteve impuso el valor por encima de cualquier otra virtud. No terminó de cogerle al tercero el buen ritmo que tenía. En el sexto, algo amontonado, repitió guión.