Las lecciones del 11-M

Tres policías españoles han compartido con los investigadores británicos, el pasado fin de semana, las lecciones que aprendieron durante las investigaciones de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, para evitar que ahora se cometan los mismos errores. Hasta Londres han viajado un experto en desactivación de explosivos, el analista jefe responsable del estudio de la información recogida durante las investigaciones del 11-M y un agente que intervino en esas investigaciones. La aportación española es importante porque los dos ataques terroristas guardan similitudes en su concepción técnica y la manera de operar de los terroristas.

El equipo español, que ya ha regresado a Madrid, hizo especial hincapié en la importancia del análisis de la información de llamadas telefónicas, las conexiones entre la delincuencia común y el terrorismo islamista y el tipo de explosivo utilizado.

Los británicos se han quedado sorprendidos al saber que la policía española supo en tan sólo cuatro horas el tipo exacto de explosivo utilizado en el 11-M. En aquel caso, la detección fue más fácil porque los terroristas mezclaron el explosivo con metralla y eso permitió analizar el explosivo que entró en el cuerpo de muchas de las víctimas. En el caso de Londres, parece seguro que los terroristas han utilizado un explosivo militar sofisticado y de alta potencia, pero no emplearon metralla, seguramente para transportarlo con facilidad.

La policía británica, en cambio, tiene más recursos que la española para investigar las conexiones entre los islamistas y la delincuencia común porque las leyes de intervención de las comunicaciones y las escuchas son mucho más laxas en el Reino Unido. Algunos de los acusados de los atentados de Madrid estaban relacionados con el robo de coches y disponían de grandes sumas de dinero.