Referéndum en Luxemburgo

Luxemburgo ha anunciado que celebrará el referéndum sobre la Constitución europea en la fecha prevista desde un principio. Frente a la tormenta que cae sobre Europa, Luxemburgo prefiere no hacer aspavientos, coger el paraguas y salir a votar el 10 de julio. De esta forma, su Gobierno demuestra ser, sin lugar a dudas, el país más valiente y ciudadano de la UE en estos momentos, porque confía en su pueblo y cree en la democracia. Porque, mal o bien, con un no o un sí en las urnas, el Gobierno habrá recibido un mensaje de sus ciudadanos y sabrá cómo es la mirada de éstos hacia Europa y hacia el tratado constitucional.

La rehabilitación de la Carta Magna va a ser imprescindible, junto con la modificación, supresión y adhesión de buena parte del contenido, y es entonces cuando habrá que volver de nuevo al pueblo. Sin embargo, el fracaso del proceso constitucional viene dado, en buena medida, por una ausencia de talante democrático por parte de las instituciones europeas.

Por eso el ejemplo de Luxemburgo aporta ciudadanía, y es por esto que su máximo mandatario, Jean-Claude Juncker, se arriesga a recibir un no, porque no lo entenderá como una bofetada. Así lo entendió Chirac, y así lo temió Blair. Pero Juncker apuesta por la democracia y es de agradecer.