Divorcio sin separación previa

Las parejas que quieran divorciarse podrán hacerlo una vez que hayan transcurrido tres meses desde el día de la boda, sin tener que haberse separado primero. Con ello, se pretende agilizar el proceso de disolución del matrimonio y aliviar la carga de trabajo de los tribunales. Actualmente, los matrimonios que quieren divorciarse han de esperar un año desde la celebración de la boda para pedir primero la separación y una vez que la obtienen, iniciar un segundo proceso para conseguir el divorcio. Aún así en la nueva ley se mantiene la separación para las parejas que así lo deseen.

La reforma elimina la necesidad de tener que alegar causas para la ruptura. Con la ley vigente, quien desea divorciarse debe alegar motivos en su demanda. El primero es "el cese efectivo de la convivencia conyugal" durante al menos un año ininterrumpido desde que se presentó la demanda de separación (otras son el alcoholismo o la infidelidad).

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