Un huésped leal durante 46 años

En octubre de 1959 el matemático Lorenzo Ferrer (Barcelona, 1920) recibió de manos del subdirector, Pep Montaner, en cuyo recuerdo hay un auditorio, la habitación número 5; hoy 46 años después se aloja en la misma. Tal es la querencia de Ferrer por el Colegio Mayor Lluís Vives. Distinguido con la medalla de la institución en febrero, tiene familia y vive aquí por "la tranquilidad" y porque le permite "estudiar". Ahora reconoce que le resultaría "muy difícil prescindir de él". Profesor del actual director del colegio, Luis Puig, poco antes de dirigir la Facultad de Ciencias, Ferrer insiste en que ha intentado "siempre ser un colegial más". Recuerda la rivalidad existente entre el colegio falangista y el de propiedad universitaria. El catedrático que en el frente del Ebro fue "miliciano de la cultura", una figura institucional creada por la República para rescatar del analfabetismo a los combatientes, dice rejuvenecer en la residencia universitaria. Camino de ser epígono suyo por la cantidad de años que se aloja allí es el catedrático Celso Rodríguez, que ingresó antes que Puig accediera al cargo de director hace seis. Los Estatutos de la Universitat estipulan que los directores han de residir en los mismos.

Aparte de los veteranos, los residentes son cada vez más variopintos. Desde este curso la Universitat beca a varios alumnos extranjeros. En total cerca de una treintena de estudiantes reciben una beca que cubre el alojamiento. El periodo de preinscripción comienza el miércoles y concluirá el día 15 de julio.