El supervisor pide a los gestores bancarios que prevean las crisis

El Banco de España advierte a los gestores bancarios de que la experiencia de pérdidas potenciales en situaciones adversas de los últimos 20 años no responden a las características de la situación actual. Es decir, tienen que ponerse en lo peor para calcular posibles impactos de una hipotética variación de precios en su capital.

El supervisor también exige que tengan en cuenta el riesgo que llevan aparejado "a medio y largo plazo" y "ante escenarios alternativos" el endeudamiento creciente de las familias españolas y la concentración sectorial en torno al mercado inmobiliario.

En su informe anual de 2004, la institución dirigida por Jaime Caruana recomienda que los sistemas de gestión de las entidades incorporen la realización periódica de "pruebas de esfuerzo" ante escenarios adversos, considerando cambios de precios de los activos inmobiliarios, de evolución de los tipos de interés u otras modificaciones eventuales del escenario macroeconómico. Así, aconseja la revisión periódica de las estrategias de cada entidad, prestando "especial atención" a los segmentos del mercado que en el pasado mostraron "un perfil más arriesgado", como el inmobiliario.

La clave, las tasadoras

El supervisor dice que la necesidad de una valoración prudente "no se limita a las entidades de crédito: las tasadoras juegan un papel clave en nuestro sistema financiero, y por ello es imprescindible que realicen su labor de acuerdo a las claras directrices de prudencia que emanan de su regulación específica".

Caruana insta a que las garantías reales sean valoradas "de forma prudente y sostenible en el tiempo", teniendo en cuenta que la experiencia de los últimos 20 años puede no ser útil en la situación actual en lo que a pérdidas potenciales se refiere.

"La solidez de las entidades de crédito españolas, apuntada por unos elevados niveles de solvencia y unas ratios de cobertura holgadas, minimiza la posibilidad de que eventuales ajustes bajistas en el precio de la vivienda, de ocurrir, pudieran deteriorar de manera significativa su capacidad para continuar financiando eficientemente las decisiones de gasto de empresas y familias", apunta no obstante el informe. La institución apuesta además por "reforzar" la actual política de actuar con "especial precaución" a la hora de comercializar entre la clientela minorista las participaciones preferentes, "un producto tan complejo, dados los riesgos reputacionales en los que pueden incurrir".