Ibarretxe lamenta que se hable de paz con ligereza mientras sigue la extorsión

El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, presidió ayer la comida que cerró la asamblea general de Adegi, marco en el que se mostró explícito con los empresarios guipuzcoanos, los más directamente afectados por la persistencia del chantaje de ETA. En tono autocrítico, Ibarretxe reconoció que "se habla con excesiva ligereza de paz", mientras a algunos empresarios y profesionales se les siguen poniendo bombas y se les somete a extorsión.

El lehendakari en funciones insistió en la idea de que un proceso de paz no es compatible con el chantaje, en la línea del reciente manifiesto en apoyo de Adegi aprobado por la Diputación guipuzcoana. Tras reconocer que la paz es el mayor proyecto del país, Ibarretxe apuntó: "La paz no tiene limitaciones de alta o baja intensidad; es un concepto de arriba a abajo, que no puede tener colectivos al margen".

A continuación, quiso lanzar un "mensaje de optimismo y tranquilidad" al sector económico, recalcando que tras el próximo día 22, cuando se celebra en el Parlamento el pleno de investidura, el País Vasco tendrá un Gobierno estable "capaz de trasladar equilibrio y serenidad". Un Gobierno que, según prometió, irá alcanzando acuerdos "con unos y con otros", en referencia a la oposición, "o con todos a la vez".

Ibarretxe admitió que no ha "comenzado bien" la legislatura por la polémica elección de la Mesa del Parlamento. Sostuvo que lo ocurrido con Juan María Atutxa, quien no ha podido repetir como su presidente, ha sido la situación "más dura" que ha vivido. Todo ello lo consideró un "espectáculo" por el que los políticos deberían "pedir disculpas".

Respecto a la situación económica, el lehendakari en funciones destacó la importancia de mantener el compromiso con el país y apostó por la potenciación de unos grupos empresariales fuertes que permitan que los centros de decisión estratégica se mantengan enraizados en el ámbito territorial vasco.