Dalí plasmó sus propias fantasías en las representaciones del 'Quijote'

Salvador Dalí se sentía muy identificado con el Quijote. Con el espíritu libre del personaje, "que vive a su aire y al margen de las reglas". Incluso "siempre tenía a alguien cuerdo a su lado, ya fuera Gala, Lorca, Josep Pla o el propio Sabater". Lo dijo ayer el estudioso del pintor catalán, Víctor Fernández, en la presentación de la exposición Dalí y el Quijote, que reúne en el IVAM 115 ilustraciones, grabados y esculturas en que plasmó sus fantasías pictóricas recurrentes, como la espiral.

Se trata de la exposición más amplia sobre las obras que Dalí dedicó a la novela de Cervantes y su exhibición en el IVAM hasta el 28 de agosto se inscribe en las celebraciones del 400 aniversario de la publicación del Quijote. El principal artífice de la muestra es Enric Sabater, que fue durante 10 años secretario del artista y posee una importante colección del artista. Ayer no pudo asistir a la presentación pro problemas de salud. La directora del IVAM, Consuelo Ciscar, también figura como comisaria de la exposición.

La selección reúne un total de 115 obras entre dibujos, acuarelas y litografías, libros, dos esculturas, un relieve y un óleo, obras creadas entre 1930 y 1980, y de las cuales 88 pertenecen a la colección de Sabater, "la persona que más hace por la difusión de la obra de Dalí", apuntó Fernández.

El origen de la relación entre el pintor catalán y el escritor hay que rastrearlo en la "fascinación" que despertaba en el artista la creencia de que era descendiente de Dalí Mami, un corsario griego al que Cervantes fue confiado en calidad de esclavo en Argel. Una idea que resultó una fantasía más de Dalí.

El experto daliniano sostuvo incluso que el "método paranoico-crítico" utilizado por el pintor "le viene de Lídia de Cadaqués y del espíritu de Cervantes". Dalí prefirió siempre dibujar al hidalgo de La Mancha antes solo que acompañado de Sancho Panza, dejándolo "aislado". A menudo, el Quijote aparece representado como una espiral, uno de los temas de Dalí, junto a los relojes blandos y el perfil de El gran masturbador.

Consuelo Ciscar resaltó que, de igual modo, en ambos se aprecia una estética similar al compartir "una fascinación por la fantasía y los sueños, a la vez que una actitud delirante frente a la vida". Añadió que es común a Dalí y el Quijote "la fascinación por la fantasía y los sueños, a la vez que una actitud delirante ante la vida".

El catálogo reproduce las obras expuestas e incluye textos de Sabater, Fernández, Ciscar y Josep Salvador.