Las musas de la Caleta

En la obra de Berta Ares, reconocida pintora gallega, apenas habían aparecido nunca formas redondeadas. Hasta que las torretas de las fortalezas de Cádiz la inspiraron. Antonia Domínguez, gaditana, quería terminar una exposición sobre fragmentos de paisaje no reconocibles. Pero no ha podido resistir la tentación de trazar con sus pinceles las olas del mar que bañan la playa de la Caleta. A Ortiz Ventura, de San Fernando, le mueve, casi como un autómata, el paisaje que observa diariamente desde el castillo de Santa Catalina. Un castillo que estos artistas han hecho suyo, instalados en unas habitaciones de amplias ventanas para que las musas entren sin problemas.

Berta, Antonia y Ventura son tres de los cinco artistas que estos días ocupan el taller de artistas de la fortaleza gaditana. El Ayuntamiento de Cádiz decidió abrir sus puertas a creadores nacionales e internacionales con una jugosa oferta: ocupar cinco habitaciones de una parte alta del castillo para terminar sus obras. Desde allí, contemplan el mar, el castillo de San Sebastián y, si se asoman un poco más, la playa de la Caleta, el balneario de la Palma, las barcas amarradas y los bañistas diarios.

El espacio se les cede gratis con sólo el límite temporal del horario de apertura del castillo y con un plazo máximo de tres meses. A los artistas no se les pide nada. Se les invita a trabajar y se les sugiere dejar una obra para preparar una futura exposición.

La iniciativa arrancó en septiembre de 2004 y por Santa Catalina ya ha pasado una veintena de pintores, escultores y fotógrafos. Artistas como Antonia Domínguez que, en cuestión de un mes, ha concluido ya cuadros suficientes para una colección. "Mi ritmo suele ser rápido pero, además, aquí se trabaja muy tranquilo". Antonia llega por la mañana. Pide la llave de su cuarto y se pone a crear. Trabaja en lo que llama el paisaje inadvertido. De una hoja, selecciona un fragmento y lo destaca en el lienzo. "Estamos rodeados de cosas pero no nos fijamos en los detalles", explica. Pero, inspirada en su entorno, no ha podido resistirse a capturar un reconocible océano agitado.

Berta Ares, y su compañera Josefina López, son gallegas. Conocieron la iniciativa en Madrid. El Ayuntamiento ha promocionado el castillo en galerías de arte de España, Europa, Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. "Soy una pintora que trabajo desde dentro hacia afuera", dice para resaltar que el entorno apenas le influye. Sin embargo, confiesa que el paisaje gaditano ha redondeado sus habitualmente rectilíneos trazos. En otra de la estancias, Ortiz Ventura concluye una colección de escenarios de Cádiz. "Es como si se pintaran solos", dice.

Los tres coinciden en que pasan mucho tiempo en las habitaciones pero que no se encierran en ellas. Suelen pasear por los alrededores. Para contemplar el vecino castillo. Para escuchar de cerca el agua y el griterío de los bañistas. Para deslumbrarse por los tintineos brillantes de la luz sobre el agua de la Caleta. Para encontrar, en esas cosas, las musas que andan buscando.