36 jefes de Estado y de Gobierno en la misa inaugural

Los Reyes de España asistieron ayer en primera fila, entre altos dignatarios de todo el mundo, a la misa de inauguración del pontificado de Benedicto XVI. Doña Sofía, vestida con traje blanco y mantilla de encaje del mismo color, y la duquesa María Teresa de Luxemburgo, también de blanco, destacaban en un mar de trajes oscuros.

Tras la ceremonia, los Reyes visitaron la tumba de Juan Pablo II en las Grutas Vaticanas, a cuyo funeral, celebrado en Roma hace más poco de dos semanas, también asistieron. Más tarde, en el interior de la basílica, cumplimentaron al Papa, que recibió las felicitaciones de las delegaciones de todo el mundo. La española la integraban los ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, y de Defensa, José Bono, y por una representación del PP, integrada por su presidente, Mariano Rajoy; el secretario general, Ángel Acebes, y el portavoz, Eduardo Zaplana.

Entre los 36 jefes de Estado y de Gobierno figuraban varios presidentes latinoamericanos, como el de Argentina, Néstor Kirchner; Colombia, Álvaro Uribe, y Paraguay, Nicanor Duarte. Pero faltó el presidente de México, Vicente Fox, que dejó la representación del país en manos de su esposa, Marta Sahagún, y del ministro de Exteriores, Luis Ernesto Derbez. La delegación de EE UU, compuesta por 21 congresistas, la encabezada el gobernador de Florida, Jeb Bush, que se ha convertido al catolicismo no hace mucho. No faltaron el presidente y el canciller alemán, Horst Köhler y Gerhard Schröder, respectivamente, al frente de una amplia delegación germana. En primera fila pudo verse a los presidentes de Polonia, Aleksander Kwasnievski; Italia, Carlo Azeglio Ciampi; Irlanda, Mary McAlleese, y República Checa, Vaclav Klaus, y a los primeros ministros de Francia, Jean-Pierre Raffarin; Holanda, Jan Peter Balkenende, y Portugal, José Sócrates.