Disciplina casera

Las estrellas del cine de acción siempre terminan necesitando un cambio de aires, y la mayoría de las veces se produce a través de la exhibición de sus presumibles dotes cómicas. Sylvester Stallone ya lo intentó enfrentándose a una anciana en ¡Alto o mi madre dispara! (1992) y Arnold Schwarzenegger, a unos críos en Poli de guardería (1990). Justo lo que acaba de hacer Vin Diesel al interpretar a un militar de operaciones especiales que debe hacerse cargo de los cinco hijos de un científico asesinado.

El chiste consiste en que el musculoso Diesel encuentre su lado más tierno, mientras los niños aprenden el significado de la obediencia. Sin embargo, la efectividad de la traslación al ámbito doméstico de mandamientos del ejército como el honor, el coraje y la disciplina es más que dudosa. Además, el cine familiar siempre termina ofreciendo los mismos chascarrillos, como la inevitable patada en los genitales y otros clásicos de la pedorreta, que pueden hacer reír a un niño de siete años pero nunca a su adulto acompañante.