Al ritmo del tiempo

En la donostiarra Gambara del Koldo Mitxelena se exhiben estos días, antes de presentarlos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, un trabajo fotográfico de Esther Ferrer (San Sebastián, 1937). Su titulo, Al ritmo del tiempo es un preaviso del tema sobre el que se quiere hacer reflexionar al espectador. El transcurso del tiempo, sus efectos y transformaciones en el paisaje o en la fisonomía de la gente es una de las constantes temáticas que la fotografía ha tratado prácticamente desde su descubrimiento. Podría incluso afirmarse que es la herramienta más idónea para hacerlo. Quizás por ello son numerosos los ejemplos de autores preocupados por indagar sobre las huellas que el paso de los días van dejando en los senderos de la vida. En nuestro caso, la protagonista recurre al autorretrato y de esta guisa nos ofrece los efectos del tiempo sobre ella misma; de manera más concreta, sobre su rostro.

Esther Ferrer es una artista de reconocido prestigio internacional. Sobre todo destaca por sus performance (acciones) realizadas en distintos lugares de Italia, Alemania, Dinamarca, Francia, Japón, Canadá, España o EE UU, entre otros países. La Asociación Artística de Guipúzcoa fue la cuna donde fueron creciendo sus inquietudes. Adjudica a su presidente Amable Arias el papel de su auténtico mentor. No obstante, también marcaron su trayectoria personajes como José Antonio Sistiaga, Jorge Oteiza, Ruiz Balerdi o Remigio Mendiburu.

Las fotografías que expone en Koldo Mitxelena se reparten en cuatro series pricipales. Por un lado está De la nada a la nada o "autorretrato en el espacio". Es un conjunto de 11 autorretratos (en el catálogo). En el primero de ellos apenas se aprecian las líneas del rostro, pero paulatinamente va subiendo el contraste en blanco y negro para llegar al sexto, donde se alcanza el equilibrio de todos los grises, llegando el cénit. A continuación siguen descendiendo en intensidad para llegar al decimoprimero, donde se difuminan los rasgos al igual que en el inicial. Es una especie de círculo emparentado con crómlech oteiziano.

Autorretrato aleatorio es otra serie donde cada fotografía se descompone en una serie de tiras móviles que, desplazadas de una u otra manera, ofrecen originales resultados del rostro de la artista. Autorretrato en el tiempo son fotografías tipo carné realizadas en distintas épocas. Las corta por la mitad y combina unos años con otros para conseguir un resultado muchas veces deslumbrante, donde dos épocas distintas de una misma vida se ensamblan por voluntad de la artista y la argucia de los sistemas digitales. Finalmente, dentro de estas fascinantes imágenes encontramos Las manos de la artista que, a modo de radiografías de los huesos, se presentan montadas sobre cristal.