Carlos y Camilla se casarán en el Ayuntamiento y no en el castillo

La reina Isabel II de Inglaterra está al parecer enfadada por la obligada elección del Ayuntamiento de Windsor para la próxima ceremonia del matrimonio civil entre su hijo, Carlos, y Camilla Parker-Bowles. Según el diario The Sun, la reina no termina de creerse la precipitación mostrada por el príncipe de Gales y sus consejeros al elegir primero el castillo de Windsor para el enlace sin haberse dado cuenta de las consecuencias y tener que cambiar luego de planes rápidamente. La decisión de trasladar la ceremonia al Ayuntamiento se produjo después de que la prensa revelase que si el enlace civil tenía lugar en el castillo de Windsor, cualquier súbdito real podría aspirar legalmente a casarse también allí durante los tres próximos años, problema legal que había pasado inadvertido a los asesores de Carlos. El castillo de Windsor no es sólo una importante atracción turística, sino también una de las residencias favoritas de la soberana, que se utiliza también para actos de Estado. Según The Sun, Isabel II está horrorizada por el escenario alternativo elegido, ya que parece impropio de un heredero del trono británico por más que el Ayuntamiento, del siglo XVII, fue construido por Christopher Wren, el arquitecto de la catedral de San Pablo de Londres, donde Carlos se casó con su primera esposa, Diana de Gales. Se trata de un edificio modesto, pero atractivo, en cuyo interior cuelgan varios retratos reales al óleo y muy popular entre las parejas que quieren casarse por lo civil y que pueden alquilarlo los viernes o sábados por algo más de 400 euros, según la prensa inglesa. Un problema añadido es el que representarán las necesarias medidas de seguridad para la policía, ya que será precisa una escolta especial para acompañar al príncipe y a su prometida hasta el lugar de la ceremonia y habrá que registrar todos los edificios del recorrido y los alrededores, que incluyen hoteles, bares y comercios. Para complicar la tarea de la policía, se dice que el lugar donde está ubicado el Ayuntamiento está horadado de túneles construidos hace varios siglos. Si la ceremonia se hubiese celebrado, conforme al plan inicial, en el castillo de Windsor, habrían podido aprovecharse las mejoras de seguridad introducidas allí después de que un comediante disfrazado de Osama Bin Laden lograse entrar en el edificio, y que costaron más de siete millones de euros.-