"El objetivo es la estabilidad de precios"

José Manuel González-Páramo (Madrid, 1958) es consejero y miembro de la comisión ejecutiva del Banco Central Europeo (BCE) desde comienzos de 2004. En su opinión, la Constitución establece que sea el Banco Central Europeo, junto con los bancos centrales nacionales de los Estados, "los encargados de llevar a cabo la política monetaria de la Unión. La Constitución también mantiene como objetivo principal del BCE el mantenimiento de la estabilidad de precios".

¿Por qué se considera tan importante la contención de la inflación? Según el consejero del BCE, porque "asegura la confianza de los agentes económicos y permite mantener unos tipos de interés reducidos y estables lo que, a su vez, favorece la inversión, el crecimiento y el empleo." Este rigor en la política económica afecta a los bolsillos de todos los europeos (sobre todo a la hora de pedir créditos), ya que ha permitido que el tipo de interés de la zona euro esté en el 2%, frente al 2,5% de Estados Unidos, un país que acumula un gran déficit público.

El BCE se convertirá en el guardián de la ortodoxia económica. La Constitución mantiene para el Banco tres características especiales que lo distinguen de otras instituciones comunitarias y que son claves para su funcionamiento. Las más importantes son, según González-Páramo, "su independencia política, la personalidad jurídica propia y sus capacidades reguladoras".

La Constitución toma medidas para evitar que el Unión se convierta en una fuente inagotable de gasto, que deberían financiar los ciudadanos con sus impuestos. Así establece el Marco Financiero Plurianual, para el control de los gastos en varios ejercicios, y permite que el Parlamento fiscalice la gestión financiera de la Comisión, con el asesoramiento del Tribunal de Cuentas. También fija normas para la lucha contra el fraude y las reglas para la libertad de movimiento de capitales.

Junto al control de la inflación, la Constitución europea busca los equilibrios presupuestarios. De hecho, establece que el Presupuesto de la Unión "debe estar equilibrado", al igual que el de los Estados miembros. El Consejo será quien "coordine" y "supervise" la situación económica de los Estados. Si alguno se aleja del camino indicado, será el Consejo el que "dirija una advertencia" y las "recomendaciones necesarias" al díscolo.

Francia y Alemania han sido los países que más problemas han tenido para controlar su déficit, ya que han favorecido la inversión pública para reactivar sus débiles economías. El límite, incluido en el Pacto de Estabilidad, permite un déficit que no supere el 3% del PIB. La presión política provocó que la Constitución sólo adoptara una Declaración sobre el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que figura como anejo, pero no es legalmente vinculante.