Europa se queda atrás

En 1998, Europa producía el 36,71% del total de los automóviles del mundo y era el principal productor. Cinco años más tarde, Asia y Oceanía le han arrebatado el puesto y la tendencia actual amenaza con terminar con la industria europea en 50 años, según los fabricantes, que coinciden con la Comisión Europea en señalar como factores cruciales el exceso de regulación, la burocracia y una mano de obra cara.

Bruselas ha organizado un grupo de expertos, bautizado bajo el nombre de Cars21, para que de aquí a fin de año hagan propuestas concretas sobre la forma de favorecer el negocio automovilístico dotándolo de mayor competitividad.

Dicho grupo lo encabeza Günter Verheugen, vicepresidente de la Comisión y responsable para Empresas e Industria, y cuenta con otros políticos de la Comisión, del Parlamento Europeo y de los Gobiernos nacionales. También están representantes de la industria (petroleras, Renault, Volvo, Ford Europa y Fiat) y de los sindicatos.

La industria europea genera cada año 17 millones de vehículos y su cifra de exportaciones, récord en 2003, fue de 67 billones de euros. Como indicó ayer Bernd Pischetsrieder, presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA en sus siglas francesas), y director ejecutivo de Volskwagen, dos millones de empleos directos y 10 indirectos están ligados a esta industria. Pero los fabricantes europeos pierden cuota de mercado a nivel internacional, la productividad laboral de sus empleados es mucho menor que la de Korea, Japón o Estados Unidos (si bien el coste laboral por hora trabajada es mayor que el de Estados Unidos) y sus beneficios en términos relativos son mucho más modestos. "Si no invertimos la tendencia actual de pérdida de competitividad no habrá industria europea de aquí a 50 años", proclamó Pischetsrieder.

El vicepresidente de la Comisión prometió ayer medidas que favorezcan a los fabricantes. Aunque Verheugen no exhibió un panorama tan desolador, sí manifestó su intención de favorecer a la industria en todo lo posible. "No aceptaré ninguna propuesta legislativa de la Comisión", aseguró el comisario, "que no vaya acompañada de un informe claro sobre el impacto en la competitividad del sector correspondiente y sólo se admitirá reducir dicha competitividad cuando se busquen objetivos más importantes, como son los que marcan el medio ambiente, la salud o la seguridad", dijo.

Para Verheugen, la industria automovilística europea, la que más invierte en I+D frente a Japón y Estados Unidos, es crucial para la competitividad de Europa. El comisario deja para final de año, tras los trabajos del grupo Cars21, las propuestas, pero ayer se mostró contrario a la burocracia.