Un clásico imperecedero

Aun intentándolo con unas enormes ganas, es imposible cargarse del todo un texto como La importancia de llamarse Ernesto. Y como Oliver Parker sólo lo procura una pizca, esta nueva versión del clásico estrenado por Oscar Wilde en el año 1895 tiene la vigencia de la que suelen gozar las obras imperecederas.
Ahora que Kenneth Branagh parece empeñado en tirar al cubo de la basura su carrera como intérprete y cineasta a través de absurdos papeles que no le llegan a la suela del zapato, es el actor, escritor y director Oliver Parker uno de los pocos autores con el valor suficiente para trasladar a la pantalla las mejores obras de la literatura británica. Sin embargo, y como ya le ocurría a dos de sus películas anteriores, Otelo (1995) y Un marido ideal (1999), La importancia de llamarse Ernesto, en versión de Parker, adolece del más flagrante academicismo. Sólo en un par de ocasiones se sale el adaptador de la línea clásica, y lo hace para mostrar un innecesario flash back de la juventud del personaje interpretado por Judi Dench y para crear unas fallidas secuencias oníricas referentes a los pensamientos del papel otorgado a Reese Whiterspoon. Junto a ello, la música creada por el compositor Charlie Mole se hace demasiado omnipresente, tapando incluso parte de los textos por culpa de un volumen innecesario.
LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO
Dirección: Oliver Parker. Intérpretes: Colin Firth, Rupert Everett, Reese Whiterspoon, Judi Dench. Género: comedia. EE UU, RU, 2002. Duración: 96 minutos.
Sin embargo, aquí acaban los defectos, menores en todo caso en comparación con las virtudes. La película mantiene todo lo bueno que debe poseer una adaptación de este calibre: un diseño de producción inmejorable (vestuario, decorados...) y unas interpretaciones a la altura del texto de Wilde, encabezadas por Rupert Everett, un actor que parece nacido para declamar las líneas del autor de El retrato de Dorian Gray. Es probable que la película no aporte nada nuevo a la más famosa versión cinematográfica de la obra, la realizada en el año 1952 por Anthony Asquith e interpretada por el mítico Michael Redgrave, pero de nuevo hay que rendirse ante el estilo depurado, el gran conocimiento de la falsedad imperante, la transgresión de las austeras normas de la época, la ironía, la sensibilidad, el individualismo, la sutileza, la lucidez y la réplica brillante del escritor irlandés. Como dijo George Bernard Shaw tras el estreno de Un marido ideal, Wilde "tiene la propiedad de entontecer a los críticos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Asesinado a balazos un exinspector de la Fiscalía de Sinaloa en Culiacán
“Hemos ido de lo peor a lo mejor”: Trump exagera los logros de su primer año en un discurso a la nación y culpa a Biden de la marcha de la economía
La Cámara de Representantes rechaza dos propuestas para impedir a Trump lanzar un ataque unilateral contra Venezuela
Los campesinos amagan con revivir las protestas en México por los precios de las cosechas
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”




























































