"Hoy empezamos a atender como locos"

"Estamos cansadísimos. Pero mañana [por hoy] empezamos a atender como locos". Fernando Prados, que dirige un grupo de 43 españoles miembros del Samur de Madrid y de Sevilla y del Servicio de Catástrofes, está deseando comenzar a trabajar en Banda Aceh, la ciudad del norte de la isla de Sumatra (Indonesia) devastada por el tsunami. "Hoy [por ayer] nos hemos instalado en el edificio de la biblioteca del hospital provincial. Lo hemos acondicionado porque estaba lleno de lodo. Ahora está limpio y organizado el almacén de farmacia y el centro de comunicaciones. El hospital está anegado y todos sus equipos destrozados. Tardarán bastante tiempo en poder habilitarlo", asegura Prados por teléfono desde Banda Aceh. Este médico apunta que han preferido el edificio de la biblioteca porque "es más pequeño y fácil de acondicionar y porque no necesitamos ningún local grande para atender".

Para hacer frente a la avalancha de heridos que esperan han montado "tres tiendas de campaña, potabilizadoras de agua y cinco generadores eléctricos". Ya podrán comenzar a ejercer su profesión. Porque, hasta ahora, todo su tiempo lo han dedicado a llevar el equipo necesario hasta Banda Aceh para trabajar autónomamente. "Hemos pasado un día en Medan [capital de Sumatra], y otro en el aeropuerto de Banda Aceh esperando el material", un total de siete toneladas y media de equipos y medicamentos.

"Todos tienen su drama"

Prados asegura que "la situación en la ciudad es fatal", pero añade que todavía "es pronto para valorar la situación". "Todo el mundo tiene su propio drama. Pero la gente colabora como puede". En principio este grupo de españoles permanecerá durante 15 días en esta ciudad para "ayudar al sistema de salud", y esperan atender a 800 heridos y hospitalizar a 30 personas.

El grupo de médicos y cooperantes españoles, coordinados por el Ministerio de Asuntos Exteriores y en colaboración con los Gobiernos de Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia, también se topan en ocasiones con otro problema peliagudo: la dificultad para entenderse con los lugareños. "Mucha gente se maneja en inglés, pero otra mucha no lo habla. Tenemos un intérprete".