El Parlamento ucranio investiga el envenenamiento de Yúshenko

Los diputados ucranios, siguiendo el ejemplo de la Fiscalía general, reanudaron ayer las labores de la comisión que investigaba la enfermedad de Víktor Yúshenko, ahora que los médicos austriacos han confirmado que ésta se debe a un envenenamiento con dioxina. Yúshenko mismo, ya de regreso en Kiev, ha acusado a las autoridades ucranias de estar detrás de su envenamiento al declarar que ése ha sido "obra del Gobierno".

"Si el fiscal general cumple la ley y actúa en consecuencia, entonces pronto Ucrania y todo el mundo sabrán quién hizo esto", dijo Yúshenko. Ya anteriormente, el candidato liberal y favorito para las nuevas elecciones que se celebrarán el día 26 había acusado al régimen de Leonid Kuchma de haber intentado envenenarlo para obligarlo a abandonar la campaña electoral y dejar la vía libre a su principal rival, el primer ministro Víktor Yanukóvich. Esta vez, sin embargo, Yúshenko se cuidó de nombrar a nadie en concreto. "Se trata de algo muy delicado, y en esta etapa no sería correcto acusar a nadie en particular; es la investigación la que debe determinar a los culpables", señaló. Algunos partidarios de Yúshenko no excluyen que detrás de su envenenamiento estén los servicios secretos rusos.

Vladímir Sivkóvich, presidente de la comisión de investigación del Parlamento y uno de los diputados que ha apoyado a Yanu-kóvich, declaró ayer que "los resultados de los recientes exámenes realizados en Viena dan pie para reanudar nuestro trabajo". "Sin embargo, no estamos convencidos de que se pueda probar que se ha tratado de un envenenamiento premeditado", señaló, agregando que las declaraciones de los médicos de la clínica Rudolfinerhaus son informativas, pero no pueden servir de prueba. Lo que se necesita son conclusiones de un examen médico-judicial o de grupos de expertos basadas en diferentes análisis de sangre.

Para Sivkóvich, las conclusiones de los médicos austriacos "son muy apresuradas" y permiten acusar a cualquiera. Ahora se requiere que tanto la fiscalía como los diputados reciban los documentos que acrediten los resultados de los últimos exámenes realizados en la Rudolfinerhaus.