Chávez planta a 280 empresarios en un acto de las Cámaras de Comercio

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dejó ayer plantados a 200 empresarios españoles y 80 venezolanos que esperaban su discurso en la clausura de una jornada de encuentro empresarial organizada por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio. El jefe de Estado venezolano alegó que su reunión con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le impedía llegar. Sin embargo, su entrevista terminó a las 18.20, y el acto en el que iba intervenir Chávez estaba convocado para las 18.30. El presidente venezolano tendrá hoy una reunión con grandes empresarios.

Chávez comenzó ayer de forma oficial su visita a España con un caos notable en su agenda. Después de alargar casi dos horas un encuentro con estudiantes, visitó el Congreso, almorzó con el Príncipe de Asturias, y se reunió con Zapatero. A partir de ahí comenzó la confusión.

Más de 200 empresarios, pocos de ellos presidentes pero sí altos ejecutivos de grandes empresas con intereses en Suramérica (estaba el consejero delegado de Repsol-YPF, Ramón Blanco), esperaban un discurso en el que Chávez debía convencerles de las excelencias de invertir ahora en Venezuela, una vez que el último referéndum ha marcado una senda de estabilidad política. El Gobierno español pretendía dar a la visita un contenido más económico que político, y estaba especialmente interesado en que este encuentro resultara un éxito.

Allí estaban representantes de Abengoa, Alcatel, Banesto, BBVA, Campofrío, Dragados, EADS-CASA, El Pozo, Gas natural, Iberdrola y del BSCH. El Gobierno estaba representado por Pedro Mejía, secretario de Estado de Turismo y Comercio.

Pero antes de la hora prevista para la intervención de Chávez -estaba como tercer orador en un bloque que comenzaba a las 18.30- el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, José Manuel Fernández Norniella, ante el estupor de los presentes, tuvo que justificar su ausencia "debido a la prolongación de la entrevista con el presidente del Gobierno". Un tanto descolocado, señaló igualmente, como si Chávez estuviera allí, que los empresarios confían en que "tras el aplastante resultado del referéndum hayan sido superadas las incertidumbres" en la economía venezolana y destacó el interés por el "crecimiento espectacular del negocio del petróleo".

El presidente fue sustituido por su ministro de Producción, Wilmar Castro, quien dijo que Venezuela es una "gran oportunidad de negocio" aunque su Gobierno también pretende evitar "la acumulación de capital en pocas manos".

El plantón sembró cierta preocupación en medios económicos por lo que pueda suceder con la reunión que Chávez tiene prevista hoy con presidentes de grandes compañías, entre ellas Repsol, Cepsa, BBVA, Dragados, Grupo Santander, Mapfre, Telefónica, Electronor, Eductrade y el presidente de la CEOE, José María Cuevas.

Chávez sí mantuvo su agenda con encuentros posteriores, aunque retrasados, y en los que llegó a recitar a Federico García Lorca. Uno con intelectuales y diputados de la izquierda en el Círculo de Bellas Artes, en el que estuvo el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, y un multitudinario acto público en la sede central de Comisiones Obreras.