Toledo afirma que "no habrá perdón" para Sendero Luminoso

El presidente de Perú, Alejandro Toledo, afirmó durante un discurso televisado a la nación en la noche del sábado (madrugada de ayer en España) que no habrá "ni olvido ni perdón para los crímenes de Sendero Luminoso" durante su Gobierno.

El mandatario anunció un conjunto de medidas destinadas a impedir que los juicios a los líderes de esa organización armada maoísta se conviertan en medios de propaganda para los subversivos. "No puedo permanecer indiferente ante el vergonzoso espectáculo protagonizado por los cabecillas terroristas, que desafiaron al Poder Judicial y ofendieron la memoria del pueblo", dijo Toledo en alusión a las imágenes de Abimael Guzmán y su cúpula con los puños en alto y dando vivas al marxismo-leninismo-maoísmo y a "los héroes de la guerra popular", durante la primera audiencia pública del juicio contra 17 líderes senderistas, el viernes pasado en Lima.

El presidente, que anunció la inmediata reorganización de la procuraduría especializada para casos de terrorismo, dijo que el Estado pedirá recusar a todos los miembros del tribunal encargados de juzgar a Guzmán y demás senderistas "por permitir el lamentable episodio y por su evidente falta de autoridad". Asimismo, demandó al Poder Judicial realizar "juicios sumarios a los terroristas" y anunció la decisión de reponer los locutorios en los penales, a fin de garantizar el aislamiento total de Guzmán y demás cabecillas.

Toledo reafirmó su respeto por la independencia del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, pero pidió que todo el peso de la ley caiga sobre los senderistas.

Los espacios de propaganda que se permitieron a los senderistas en su primer día de juicio fueron duramente criticados en el país. El principal líder de la oposición, Alan García, del APRA, se mostró indignado frente a la manera que esta "banda de asesinos aprovecha los espacios de una democracia boba". García, además, acusó a Toledo de permitir el desarrollo de lo que él denomina "nuevo senderismo", que se expresa en los linchamientos y la violencia con la que muchos pueblos en el interior del país responden a la falta de autoridad.