El Tribunal de Justicia de la UE veta los juegos que simulan asesinatos

"Jugar a matar" atenta contra la dignidad humana y la libre prestación de servicios en toda la UE no puede servir de excusa para comercializar sin barreras ese tipo de juegos de simulación. Así se expresó ayer el Tribunal de Justicia de la UE en una sentencia que supone un jarro de agua fría para Omega, una empresa alemana a la cual los jueces de aquel país habían prohibido la explotación de una instalación llamada laserdrome, consistente en derrotar al enemigo disparándole con metralletas que emiten rayos láser e infrarrojos, un tipo de instalación que, sin embargo, está permitida en muchos países de la UE.

Este asunto comenzó en 1994, cuando la policía de Bonn (Alemania) prohibió a Omega explotar un juego de láser inspirado en La guerra de las galaxias que consistía en disparar sobre objetivos humanos, es decir en "jugar a matar". La policía se había movilizado debido a las numerosas protestas de los ciudadanos habidas un año antes, cuando Omega empezó a construir su laserdrome. A requerimiento de la policía, Omega aseguró que el juego consistía en disparar a objetivos fijos situados en las paredes. La realidad demostró que, además de a los objetivos fijos, los jugadores se disparaban entre sí dentro de un vasto laberinto.La prohibición final estuvo fundamentada en una cuestión de orden público, ya que los actos homicidas simulados y la banalización de la violencia se consideran en Alemania contrarios a valores como la dignidad humana, consagrada por la legislación de ese país. Omega usaba un juego desarrollado por una sociedad británica y la prohibición alemana movió a dicha sociedad a romper su contrato de franquicia. De ahí que la Corte Federal Administrativa de Alemania, a la que apeló Omega, decidiera hace dos años consultar al Tribunal europeo.

Los jueces europeos consideran que el respeto a la dignidad humana forma parte también del orden jurídico comunitario, aunque no entran a valorar que tal prohibición deba ser a nivel europeo, algo que debe decidir cada país.