Un atentado con tres coches bomba mata a decenas de niños en Bagdad

La situación de violencia en Irak conoció ayer una escalada sin precedentes: al menos 37 niños murieron en un triple atentado con coches bomba que causó más de 40 muertos y cerca de 200 heridos. Ocurrió en el barrio bagdadí de Bayaa y estaba dirigido contra la ceremonia de inauguración de una estación de bombeo de agua organizada por el Gobierno interino. Según el Ejército norteamericano, decenas de niños se habían amontonado en torno a los soldados que repartían caramelos en el lugar cuando el primero de los coches bomba hizo explosión. Otro se lanzó contra la gente agrupada alrededor de una ambulancia.

Las versiones sobre lo ocurrido eran confusas, pero todas coincidían en que varios ataques coordinados causaron la peor masacre que tiene como protagonistas a los niños en los 17 meses de conflicto en Irak. "Es mi hijo, es mi hijo Alí", gritaba un pabre que corría llevando en brazos el cuerpo de un pequeño. "Estoy buscando a Ukail, ¿dónde está Ukail?", imploraba. Las mujeres de negro se golpeaban la cabeza y los hombres se amontonaban ante el hospital para conocer la suerte de los suyos. "Esto no es la yihad, es contrario al islam; el islam no puede tolerar estos crímenes", gritaba uno de ellos.

Horas antes, otro atentado con coche bomba causó la muerte de dos policías iraquíes y un soldado estadounidense junto a un puesto de control en Abu Ghraib, cerca de la cárcel mundialmente famosa por las torturas de Sadam Husein y, después, del Ejército de EE UU. En la ciudad norteña de Talafar, cerca de la frontera con Siria, otra explosión mató a cuatro personas e hirió a 16. Todo ocurrió en una jornada que iba a culminar anoche (madrugada de hoy en España) en el primer debate electoral del presidente de Estados Unidos, George Bush, y el líder demócrata, John Kerry.