Piqué garantiza a Maragall que no obstruirá la reforma del Estatut y le pide que controle a sus socios

El Partido Popular (PP) asumió ayer con "naturalidad" el llamamiento realizado el domingo por el presidente Pasqual Maragall para que los partidos de la oposición, Convergència i Unió (CiU) y PP, no pongan "palos en las ruedas" de la reforma del Estatut. El portavoz del PP, Daniel Sirera, garantizó que su partido actuará en este asunto "con sentido común" y "lealtad", y Piqué advirtió a Maragall de que los mayores riesgos de fracaso proceden del intento de desbordar el marco constitucional y las posiciones "maximalistas" que sostienen sus aliados de Esquerra Republicana (ERC).

Maragall pidió el domingo al PP que actúe en el proceso de reforma del Estatut y la Constitución con "generosidad e inteligencia" y "haga honor a su condición de partido democrático y catalán". El objetivo de Maragall es incluir al PP en el consenso estatutario.

Piqué replicó a Maragall en delcaraciones a Catalunya Ràdio. Este llamamiento del presidente a la responsabilidad, dijo, "lo asumo con normalidad y tranquilidad, porque sabemos muy bien lo que debemos hacer". Sirera invitó a Maragall a pedir responsabilidad a los socios del Gobierno tripartito "que hacen planteamientos que saben perfectamente que son inviables".

El ex ministro de Aznar puntualizó que el PP no está a favor de incluir la definición de Cataluña como nación en el Estatut, porque a su juicio es un asunto que ya está resuelto en la Constitución y no hace más que remover sentimientos contradictorios. También cree que "no es posible" incluir en el Estatut el derecho de Cataluña a la autodeterminación, como pretenden CiU y ERC. "Si alguien quiere que el proyecto de Estatut se estrelle, que comience hablando de estas cosas", advirtió.

Piqué recriminó al presidente del Parlament, Ernest Benach, que es también dirigente de ERC, que el domingo calificara como "innegociable" la definición de Cataluña como nación y le acusó de utilizar su elevada posición institucional "para confrontar sentimientos", pues para muchos ciudadanos catalanes, Cataluña es una nación, pero para muchos otros la nación es España.

Después de haber sacado a relucir hace dos semanas la pretensión de ERC de que el derecho de autodeterminación figure en el preámbulo del Estatut, el presidente de ERC, Josep Lluís Carod, se mostró ayer partidario de "buscar lo que une a los partidos, que es mucho, sobre todo a los de tradición democrática".

La portavoz de Unió Democràtica, Marta Llorens, negó que CiU ponga "palos en las ruedas" de la reforma estatutaria e instó a Maragall a aceptar "la mano tendida" que CiU le ofreció en el debate de su investidura como presidente. La portavoz de Iniciativa Verds, Dolors Camats, se mostró confiada en que CiU tenga una actitud constructiva en la reforma del Estatut pero señaló que las dificultades de la coalición presidida por Jordi Pujol proceden de que "le cuesta adaptarse a estar en la oposición" y de que le cuesta digerir que sea un Gobierno de izquierdas el que impulse el proceso.