Agentes judiciales rusos estrechan el cerco sobre la petrolera Yukos

Agentes judiciales rusos volvieron a entrar ayer en M-Reiestr -la empresa depositaria del registro de accionistas de Yukos y de otras muchas compañías- en busca de las acciones de tres filiales de la petrolera acosada. Cuando se les explicó que la empresa no tenía acciones, sino sólo el registro de éstas, y que, aún más, Yukos había retirado los registros de las acciones de sus filiales, los agentes entraron en la sala de ordenadores y exigieron que se les diera el código de los servidores.

Yevguenia Grigórieva, directora general de M-Reiestr, se negó a ello, ya que la información que contienen es altamente confidencial, y los agentes amenazaron con regresar más tarde con una orden judicial para confiscarlos.

Lo que los agentes judiciales y el representante del Ministerio de Recaudaciones buscaban era activos de Yukos que pudieran ser vendidos para cobrar parte de los 2.805 millones de euros que la petrolera debe por impuestos y multas correspondientes al año 2000. Por eso habían pensado en hacerse con las acciones de las filiales extractoras Samaraneftegaz, Yuganskneftegaz y Tomskneft.

Mientras avanza la crisis de Yukos, en el sector bancario continúa el pánico de los clientes de Alfabank, el cuarto más importante de Rusia por sus activos, que hacen cola para sacar su dinero. Alfabank ha optado, como medida disuasoria, imponer una comisión del 10% del dinero de cuentas a plazo retirado antes de tiempo.

La agencia de calificación financiera Moody's anunció ayer que está revisando la calificación de 18 bancos rusos, entre los que figura Alfabank, que puede ser rebajada. Al mismo tiempo hay señales positivas, como la reanudación parcial de las operaciones de Gutabank, que el martes había suspendido pagos y que probablemente sea comprado por el estatal Vneshtorgbank.

Andréi Ilariónov, asesor económico del presidente, criticó ayer a las autoridades financieras por no reconocer que el país enfrenta una crisis bancaria y opinó que la baja del 7% al 3,5% de las reservas obligatorias de los bancos comerciales en el banco central puede conducir a un aumento de la inflación.