El programa Erasmus gana el Príncipe de Asturias de Cooperación

El programa de intercambio educativo de ámbito europeo Erasmus, que promueve la interrelación entre universitarios de la UE, obtuvo ayer en Oviedo el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por su contribución a la creación de la ciudadanía europea. A juicio del jurado, que tomó la decisión por unanimidad, el programa Erasmus es "uno de los más importantes proyectos de cooperación internacional en la historia de la humanidad".

Más de un millón de estudiantes de 2.000 universidades europeas se han visto beneficiados por las becas Erasmus desde su creación en 1987. El Príncipe de Asturias de Cooperación, dotado con 50.000 euros y una escultura de Joan Miró, galardona este esfuerzo formativo supranacional que, a juicio del jurado, ha permitido enriquecer el conocimiento "de los valores que comparten los pueblos de Europa, así como su diversidad cultural" a toda una generación de jóvenes, "contribuyendo de manera eficaz a la creación" del concepto y sentimiento "de la ciudadanía europea".

Al tiempo, la Fundación Príncipe de Asturias quiere estimular con este galardón "la nueva y esperanzadora etapa que la extraordinaria iniciativa que significa el Erasmus ha abierto recientemente al permitir que jóvenes de todos los países del mundo", y no ya sólo los de la UE, "se beneficien del nuevo programa Erasmus Mundus".

La candidatura del Erasmus la planteó el presidente de la Fundación Círculo de Lectores, Hans Meinke, y fue defendida por el presidente de la Fundación Encuentro, José María Martín Patino. La propuesta se impuso por unanimidad en la última votación, a la que también llegaron las propuestas de la Corte Penal Internacional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El Erasmus, en el que actualmente participan 2.000 universidades de 30 países -los 25 de la UE, los candidatos Rumania y Bulgaria y los tres miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Liechtenstein y Noruega)-, ha concedido becas a 17.000 docentes para completar su formación en el extranjero. Su denominación es un homenaje a Erasmo de Rotterdam (1465-1536), humanista que vivió en diversos países en busca de conocimiento y experiencias.

Las universidades sienten el premio como suyo porque acumulan ya amplia experiencia en la participación y en la gestión del Erasmus. Juan Vázquez, presidente de los rectores, desea larga vida a este programa: "No hay estudiante que no se haya sentido satisfecho con la experiencia. Este programa ha contribuido a construir el espacio europeo de educación superior y ha formado ciudadanos europeos, chicos que han hecho amigos en Dublín, en Atenas".

Carlos Berzosa, rector de la Complutense, recordó que esta universidad inició el Erasmus "cuando apenas había alumnos que quisieran ir al extranjero". Pero lamentó que la limitación de las becas obliga a las familias a soportar parte de la estancia en el extranjero de los estudiantes", informa María José Díaz de Tuesta. También la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, alabó ayer la utilidad de estas becas: "El Gobierno apoya la propuesta de ampliación del programa, pero hay que reflexionar sobre su dotación, para que garantice una mayor equidad de acceso", dijo San Segundo.