Los falsos éxitos

Bush ha tenido un falso éxito. En este momento de la historia, no importa que los éxitos sean falsos: se descubre demasiado tarde. Bush, en la cuerda floja de unas elecciones perdidas en las encuestas, puede explotar el falso éxito de la anuencia de la ONU -un fracaso de la ONU: ¿a quién le importa? Fracasa desde que se fundó-, un asentimiento europeo a su propuesta vaga, un gobierno en Irak que se hará cargo del país desde el 30. La verdad es que lo ha nombrado él con un antiguo agente de la CIA; que las tropas de ocupación se llamarán invitados y que se hará una constitución. No va a parar la violencia en Oriente Medio. Seguirá con su resistencia, Al Qaeda con la suya; Sharon no dejará su ofensiva, y los palestinos seguirán en la forma militar llamada terrorismo. No sé qué pasará en Irak, en Siria; en los que no aceptan esta salida, porque saben que no lo es. Pero la propaganda funciona: la unanimidad del Consejo de Seguridad se toma como valor para Bush. Como la muerte de su maestro Reagan. Los elogios que se escriben de su política son falsos, pero redundan en favor electoral de Bush. Curiosas democracias. De una manera cómica, caen a favor de Aznar, de Rajoy, que sólo vale de portador de antorcha (incendiaria) del aznarismo. Gritan que Zapatero se apresuró al retirar nuestras tropas, y no se apresuró, ni las va a mandar; ni la OTAN se implica en esa guerra absurda y peligrosa. A menos que la obliguen, y a la Unión Europea, de la que será vicepresidente y ministro de Exteriores Solana, que hizo la intervención en Yugoslavia. Rara, porque juzgan al presidente Milosevic por crímenes de guerra pero no a Bush por sus torturas. Ya anunció él que no se sometería al Tribunal Internacional, ni dejaría que sus soldados fueran acusados. Sabía lo que iba a ocurrir. Y también aprovechan los elogios fúnebres a Reagan: valen para el tándem Aznar-Rajoy. Y hasta para Ana Botella, falso éxito en su riña contra las prostitutas. En los últimos milenios han sobrevivido a sus enemigas.

(Oriente Medio: el Libro de Estilo dice que se ponga "Oriente Próximo", en razón de que el punto de vista de Londres sobre distancias no es el de Madrid. La geografía no depende de la distancia de quien habla, y Europa Central (Mitteleuropa) es así por donde está, y no por quien la mira).