Asados en la arena

Se busca: casa sin televisor en la costa uruguaya, para vacaciones familiares". El anuncio bien podría haberlo puesto el actor argentino protagonista de El año del diluvio. Tomen buena nota de sus argumentos.

¿Qué hace un argentino de vacaciones en Uruguay?

Veranear. La costa uruguaya me gusta, y también la gente de allá. Son sencillos, respetuosos, atentos, educados y cultos. Y las playas no están invadidas por carpas y carteles publicitarios. Su agua es cálida y se puede ir con los niños a buscar mejillones o berberechos. Y asar carne sobre un disco de arado calentado al fuego.

El antiglamour, digamos.

Por supuesto, de eso se trata. Siempre alquilamos una casa sin televisor para disfrutar de verdad de la familia, leer, jugar, conversar.

Otra cosa son los viajes de trabajo, imagino.

Sí, yo como viajero no disfruto mucho. Tengo aprensión a los aviones, me molesta armar o desarmar la maleta, llegar a un hotel y tener la ropa arrugada. Y me encanta volver a sitios que ya conozco, restaurantes y hoteles.

Desvele sus costumbres de viajero recién llegado.

Suelo caminar de día por las ciudades, sentarme en las plazas y observar a la gente. Barcelona es una ciudad para andar, y de Madrid me gustan el metro y los bares con personajes curiosos.

¿Lo mejor del viaje es la vuelta?

A veces siento urgencia por regresar. Echo de menos mi cama y los asados en el jardín. A la vuelta se produce otro viaje, con las imágenes y recuerdos. Un ejercicio que sólo puede hacerse con distancia, como otros muchos en la vida.