EE UU decreta un embargo económico contra Siria

Estados Unidos sigue subiendo la temperatura en las ya tensas relaciones diplomáticas con los países de Oriente Próximo. La Casa Blanca comunicó ayer al Congreso estadounidense la imposición de una serie de sanciones económicas y comerciales contra Siria como reprimenda por su apoyo a grupos terroristas y su pasividad a la hora de controlar las fronteras con Irak para frenar el momiento de las guerrilas. Una acusación que se niega en rotundo desde Damasco. Los intercambios comerciales entre los dos países ascienden a 300 millones de dólares anuales. La prohibición afectará a los vuelos civiles de las compañías aéreas entre Sira y EE UU, y penalizará especialmente a los bancos.

La Administración de Bush llevaba tiempo advirtiendo de sus intenciones para que Siria cambiara de conducta. La sanción comercial anunciada ayer es más política que económica. Pero la Casa Blanca no quería llevar las sanciones hasta el punto más extremo para evitar que la medida punitiva afectara a las compañías estadounidenses con intereses en la región. Se trata, como indican desde el Ejecutivo estadounidense, de prohibir la exportación de productos hacia Siria que puedan tener aplicaciones militares y de lanzar a la vez un duro mensaje diplomático para que deje de arropar a los miembros de organizaciones terroristas como Hamás y Hezbolá.

El embargo no se aplicará, sin embargo, a las exportaciones de alimentos, medicinas y componentes para los aviones comerciales, según indicaron fuentes del Departamento de Estado. La misma excepción se aplicaría al equipamiento en el sector de las telecomunicaciones porque Washington quiere evitar el aislamiento total de un país clave para conocer los movimientos de Al Qaeda. Pero esa cooperación podría verse en riesgo a raíz de la adopción de este castigo comercial. La Casa Blanca insiste en que Damasco ha faltado al cumplimiento de la conocida como Ley de Responsabilidad Siria, que George W. Bush firmó en diciembre pasado.