¡Agua va!

El presidente Camps ha fijado su atención en el PHN. Y a conseguir su puesta en marcha está dedicando todos sus esfuerzos. Para ello ha programado una serie de entrevistas con dirigentes políticos, sociales, empresariales y hasta con los rectores universitarios. Con estos últimos se reunió el martes, no para abordar los problemas universitarios, que sería lo lógico por ser la primera entrevista institucional sino para defender ante los responsables universitarios el PHN. Lo que causó la perplejidad y asombro de los rectores magníficos. Aunque estos coincidieron en la necesidad del agua para todos, reconocieron que hay otras soluciones técnicamente posibles, que no hay que descartar por principio y que merecen ser estudiadas. Y es que no se puede acoger el PHN propuesto por el gobierno del PP como un dogma. El PP ha presentado en las Cortes dos iniciativas en que reclaman la ejecución del trasvase del Ebro a las cuencas del Júcar y del Segura y, también, el trasvase del Júcar al Vinalopó. El presidente del Consejo de Cámaras, señor Virosque, ha declarado que el freno al trasvase está paralizando proyectos de urbanizaciones en Alicante. Mientras que el portavoz del PP, Serafín Castellano, mostró su preocupación porque el trasvase del Júcar al Vinalopó pueda ser suspendido. ¿Se ha planteado el señor Castellano la situación en que podría quedar el Júcar de llevarse a cabo ese trasvase? Uno comprende la inquietud de los empresarios del ladrillo alicantinos. Pero, ¿y la preocupación de los regantes valencianos de las dos Riberas? El Júcar no tiene el suficiente caudal para ese trasvase. Dicen que eso se compensaría con la traída de aguas del Ebro. Pero, ¿de qué calidad iban a ser esas aguas? ¿Cual será su grado de salinidad? ¿Se contaminaría el Júcar con el nefasto mejillón cebra? Los regantes no quieren esas aguas. El PHN no es la única solución posible. Técnicos y científicos acreditados han apuntado otras soluciones para que no falte el agua en las tierras del sur del País Valenciano ni en las de Murcia. Es necesario el diálogo y el contraste. No se utilice el problema del agua para enfrentamientos partidistas porque se anuncien elecciones europeas.

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