Cadena perpetua para el asesino de la ministra de Exteriores sueca

Un Tribunal de Estocolmo condenó ayer al sueco de origen serbio Mijailo Mijailovic a cadena perpetua por el asesinato de la ministra de Exteriores, Anna Lindh, a la que apuñaló en unos céntricos grandes almacenes de la capital sueca en septiembre del año pasado. El abogado de Mijailovic, Peter Althin, declaró no sentirse especialmente sorprendido por la sentencia, "dadas las resoluciones del tribunal en enero y hace una semana", en las que constató la culpa de su defendido y rechazó declararlo psíquicamente trastornado. "Para mí el tribunal no demostró que Mijailovic tuviera la intención de asesinar", comentó Althin, que subrayó que no había leído la sentencia, que tampoco había podido hablar con su cliente y que "tenemos tres semanas para apelar".

La fiscalía y la defensa disponen ahora de tres semanas para apelar la sentencia ante la Corte de Apelaciones, en cuyo caso podría celebrarse un nuevo juicio a comienzos del mes de mayo. El abogado puede solicitar entonces que el Consejo Legal de la Dirección de Asuntos Sociales someta a Mijailovic a un tercer examen psiquiátrico para determinar si padecía un agudo cuadro psicótico cuando cometió el crimen. Mijailovic fue examinado ya en dos ocasiones por dos grupos de expertos de la Clínica de Psiquiatría Legal del hospital de Huddinge y ambos concluyeron que no padecía un serio trastorno psíquico. La sentencia del Tribunal, aprobada por unanimidad, determina que el asesinato de Lindh fue cometido en un acto "irreflexivo y brutal". En el juicio, la fiscalía argumentó que Mijailovic tuvo intención de matar y que en cualquier caso se mantuvo indiferente ante la posibilidad de que el apuñalamiento pudiera causar la muerte de Lindh. La fiscal Agneta Blidberg declaró ante el tribunal que el hecho de que el ataque fuera "tan enfurecido" y el "gran número de puñaladas asestadas" indican también que fue un asesinato.

El pasado 6 de enero, el acusado confesó inesperadamente su autoría durante un interrogatorio, un testimonio que posteriormente confirmó ante el Tribunal de Estocolmo. Mijailovic declaró al tribunal que cometió el crimen en respuesta al dictado de "voces internas" que se lo ordenaron y explicó que empuñó el cuchillo, pero que no tenía intención de asesinar a Lindh.