Democracia

Escandaliza la manera cómo TVE utilizó la jornada de reflexión. En lugar de apaciguar los ánimos, fomentó una insurrección que se encauzó a través de los votos. La lección debería extenderse a todos los ámbitos de la comunicación, aunque parece que, en ambos lados, algunos prefieren perpetuar la confrontación gremial, la industria de la crispación y la caza del error ajeno.

Mártir

Urdaci fue coherente y continuó deteriorando un servicio público deteriorado antes por franquistas, centristas y socialistas. Al hablar del futuro presidente insistía en llamarle Zapatero a secas, un tratamiento que subrayaba con un rictus de villano de culebrón. El carrusel electoral trajo consigo otro clásico: pintar las mayorías del PP de azul y las del PSOE de rojo. Es una tradición gráfica que, en lugar de ilustrar la pluralidad del resultado, alimenta el alma de las dos Españas. En la radio, alguien clama: "El pueblo español ha dado una lección". ¿Qué es el pueblo? En el interesante libro El malestar al alcance de todos, de Mercedes Cebrián, encuentro una respuesta: "Aquí va la polémica definición / de pueblo: aquel cuyo abono mensual / se atasca con frecuencia en el torniquete del metro / y esto le obliga / a chasquear la lengua".

Contraste

Zaplana se defiende en La mirada crítica (Tele 5). A la misma hora, Jesús Caldera desayuna en TVE y despliega un tono zen que contrasta con sus modales de antaño. Son días de contrastes: se mezclan testimonios de familiares de las víctimas con la insulina de Belén Esteban. Algunos programas confunden la confesión catártica con una morbosa explotación sentimental de la tragedia. En El ala oeste de la Casa Blanca, el presidente de EE UU se desespera ante el avance de un rival de ultraderecha. Su ayudante le dice: "En democracia, los otros ganan a veces".

Entereza

Juan Pedro Valentín (Tele 5) entrevistó a Rajoy, que defendió sus votos con entereza. Al preguntarle por las declaraciones de Almodóvar respondió que son mentira. Pese a la rotundidad del resultado, que permitiría asegurar un traspaso de poderes civilizado, se siguen manejando rumores. Es la grandeza de la libertad de expresión: sirve para que cada uno diga lo que piensa y para que, en principio, puedas sentirte más identificado con la serenidad de un adversario como Rajoy que con la imprudencia de Almodóvar y luego reconfortado por las disculpas que ha pedido el director. El jueves, Zapatero también dialogó con Valentín. Al verle tan sereno y convencido, me pregunté cómo debe sentirse alguien que comprueba que puede llegar a presidir el Gobierno de un país en el que todos lo llamaban Sosomán o Bambi y pocos confiaban en él. Que triunfe la sorpresa, ¿es positivo o negativo? Depende de si eres del Zaragoza o del Real Madrid. "¿Dónde está la verdad?", leo en una pintada. Volvamos a los libros: "Nada es verdad excepto lo que no se dice" (Jean Anouilh).