Queiroz desea "una noche de felicidad para todos los españoles"

El partido contra el Bayern Múnich en la Liga de Campeones, hace una semana, dejó al Madrid mental y físicamente agotado, según los técnicos. Contra los alemanes, los madridistas jugaron un partido extenuante y a la mañana siguiente, al salir de la cama, muchos se encontraron con la imagen de los trenes reventados en el televisor. El múltiple atentado de Madrid enrareció el ambiente de la plantilla, que apenas se entrenó. A la hora de jugar contra el Zaragoza, en la Liga, dos días después, nadie se sentía dispuesto. Ayer, el propio Figo reconoció que en el vestuario no hay clima de gran partido: "No he notado ambiente de final. Todo está muy tranquilo. En el sentido de que no hay la típica euforia. Todos hemos jugado finales y el partido [de hoy] no es nuevo para nadie".

La expedición del Madrid llegó a Barajas en medio de cierto silencio por parte de los habituales hinchas. Sólo al aterrizar en El Prat el equipo entró en el escenario que se suponía: cientos de hinchas lo esperaban a las puertas del avión y alrededor del autobús azul. "¡No va a acabar la dictadura del Real!", vociferaban.

"Una final no se gana con imagen, con historia ni con nombres. Se gana en las cuatro líneas. Por eso es un espectáculo", dijo Carlos Queiroz. El técnico portugués se refirió al efecto de un partido como el de hoy, a seis días de los atentados: "Queremos que sea una noche de felicidad para todos los españoles. Queremos que sea una fiesta".