El PNV y los socialistas empatan a escaños en el País Vasco mientras se desploma el PP

El PNV y el PSE-EE cumplieron ayer con creces los objetivos que se habían marcado en las elecciones en el País Vasco. Los nacionalistas mantienen su condición de primera fuerza, si bien empatados a siete escaños con los socialistas, que se alzan a la segunda posición. La alta participación (prácticamente el 76%) pasó factura al PP, el gran derrotado en Euskadi, que cede tres de sus siete diputados. Eusko Alkartasuna mantiene su única parlamentaria en Guipúzcoa. El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, recalcó que su partido ha obtenido su mejor resultado en unas elecciones generales desde 1977.

Imaz quien se estrenaba en esta campaña en ese puesto, había pedido a los suyos un "grupo fuerte" en Madrid. Los nacionalistas lo consiguieron al movilizar de nuevo a su electorado en un porcentaje tres puntos superior a hace cuatro años. Mantienen el mismo reparto provincial de escaños, venciendo en dos de las tres provincias (Vizcaya y Guipúzcoa). Fuentes peneuvistas destacaron también el hecho de haber superado el 1,5% de los votos a nivel nacional. Dirigentes de este partido confiaron en que los resultados puedan suponer "el final de una etapa de involución democrática en el Estado español", idea que habían convertido en un eje de su campaña.

El presidente del PNV, quien habló por teléfono con José Luis Rodríguez Zapatero para felicitarle por su triunfo, dedicó sus primeras palabras a las víctimas de la matanza de Madrid. "Su dolor es nuestro dolor", recalcó. Después, enfatizó que el PNV ha obtenido su mejor resultado en unos comicios generales, con más de 417.000 votos, y se declaró "abierto al diálogo".

Los socialistas recuperan su condición de segunda fuerza en la comunidad autónoma en detrimento del PP, lo que era su mayor aspiración. Empatan a siete escaños con el PNV, ganando terreno en las tres provincias y alzándose incluso con el primer puesto en Álava por delante de los populares. Este éxito le da además la primacía en el bando constitucionalista después de que los populares llevasen desde las autonómicas de hace cuatro años intentando arrastrarles a sus posiciones de enfrentamiento sin cuartel con el nacionalismo. El líder del PSE, Patxi López, recalcó que "no se puede hacer ni construir nada en Euskadi sin contar con los socialistas".

El PP es el gran damnificado de los comicios en la comunidad autónoma. Su líder en Euskadi, Jaime Mayor Oreja, había alardeado de que era un objetivo "perfectamente posible" ganar por primera vez unos comicios en Euskadi, meta de la que hace cuatro años se quedó apenas a 24.000 votos. Ayer, perdió tres escaños, uno en cada provincia, y bajó del 28% al 18% de los sufragios. Mayor consideró que ésta va a ser la "legislatura del desafío nacionalista".

La pugna nacionalista en Guipúzcoa por el último escaño se decidió al final en favor de Eusko Alkartasuna, que mantiene a Begoña Lasagabaster en el Congreso, mientras Aralar, la formación abertzale escindida de Batasuna, no consigue estrenarse. Tampoco IU recupera el diputado por Vizcaya que logró en 1996 y cedió cuatro años después.

La participación se elevó al 75,91%, doce puntos por encima de la registrada hace cuatro años y una de las más notables de toda la serie de elecciones en la comunidad autónoma. La apuesta de la ilegalizada Batasuna por el voto nulo se tradujo en menos de un 8% de los sufragios, por debajo de las pasadas municipales, comicios en los que optaron por la misma estrategia concurriendo con las listas que habían sido anuladas por los tribunales.