Aznar no está seguro de que sea posible llegar a un compromiso

José María Aznar opone incertidumbre al proyecto franco-alemán de que la Constitución europea se apruebe antes de finales de año, un deseo que, tal y como fue formulado ayer, tiene mucho de conminatorio, en la medida en que tanto París como Berlín han sugerido que el siguiente fracaso marcaría la línea de salida hacia una Europa a dos velocidades. El presidente del Gobierno sostiene, pese a todo, que no está seguro de poder llegar a un acuerdo, lo que tampoco considera un desastre pues sostiene que la UE se seguiría rigiendo por el Tratado de Niza y el sistema de votos ponderados que él prefiere.

Lo dijo hace un mes en Washington y, de nuevo, pocos días más tarde, en Madrid, cuando vino a verle el presidente de turno de la UE, el irlandés Bertie Ahern. Aznar explicó también en esas ocasiones que, por lo demás, a condición de que los equilibrios de poder acordados en Niza se respeten, está dispuesto a negociar cualquier variante del sistema de Niza o del sistema de doble mayoría que ahora promueven Chirac y Schröder, o, alternativamente, una fórmula que permita aprobar la Constitución dejando para 2007 o incluso más tarde el acuerdo sobre cómo se adoptarán las decisiones en el Consejo Europeo.

Ésta es la línea que llevará hoy a París la ministra de Exteriores, Ana Palacio, quien ayer declaró en Madrid que afrontará la cita con su colega francés, Dominique de Villepin, y alemán, Joschka Fischer, "con el mismo planteamiento de siempre: abierto a explorar cualquier vía que encuentre una solución aceptable para los 25 socios, pero sin renunciar a la convicción española de que "no es bueno que unas pocas voces acallen a todas las demás, y entre éstas, la de España".

Dado que fuentes diplomáticas francesas han reiterado que en París se ve a Aznar como un problema personal que imposibilita el acuerdo, no parece probable que Francia y Alemania hagan una propuesta firme antes de las elecciones generales de marzo.