El cirujano rechazó volver a intervenir al fallecido que se operó para adelgazar

La familia de Antonio Sánchez, de 27 años, fallecido el pasado 13 de enero tras una operación para adelgazar, acusa al cirujano, el ex diputado provincial del PP José María Rubio, de no atender al médico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que propuso una nueva intervención. El letrado de la familia expuso contradicciones entre el informe de la clínica y la primera versión sobre la muerte.

La hermana del fallecido, Esther Sánchez, indicó ayer que el cirujano Rubio obvió las recomendaciones del médico de la UCI, que propuso una segunda intervención para descubrir el motivo de las dolencias de Antonio.

Según la joven, su hermano ingresó en la UCI días después de recibir el alta médica tras la operación para el implante de anillas gástricas. El ingreso se produjo después de que Rubio restara importancia durante días a "la infección de las heridas, la fiebre alta, los dolores y la supuración con mal olor", según Esther Sánchez. De modo que cuando se decidieron a operar de nuevo "ya fue demasiado tarde", afirmó la tía del fallecido, Loli Torregrosa. "Hasta ese momento todo lo que le pasaba era normal para Rubio", añadió. Este retraso en la actuación es lo que motivó, según Sánchez, a presentar la denuncia contra el cirujano y la clínica. La joven explicó que se han cometido irregularidades desde el principio. "Nosotros no elegimos al médico, fuimos a la clínica y nos asignaron a éste", en relación a Rubio. Además, nos informó de una gastroplastia vertical por 6.000 euros y colocó una anilla de silicona, que es más barata", indicó Torregrosa. Sánchez falleció de un shock séptico, según indica el informe de la clínica. El letrado de la familia destacó la contradicción del informe y la declaración del director del centro, que achacó la muerte a una peritonitis. Rubio ha declinado hasta el momento hacer declaraciones sobre lo sucedido. Ayer no fue localizado por este periódico.