Madrazo y la contabilidad

Parece que el consejero señor Madrazo está dispuesto a enfadar a todo del mundo. Al promulgar el decreto 280/2002, de 19 de noviembre, sobre compensación a quienes sufrieron (sufrimos) privación de libertad por supuestos objeto de la ley de Amnistía, nos excluyó a quienes, cumpliendo los demás requisitos exigidos (mínimo de seis meses de prisión, etc.) nos faltaba, precisamente, el de no tener la edad de 65 años. Discriminación por razón de edad que parece contradictoria con el artículo 14 de la Constitución.

En el folleto que buzoneó, el citado consejero alardeaba de que las compensaciones que se iban a dar en la CAV a las víctimas del franquismo eran superiores a las que cualquier otra comunidad autónoma había otorgado hasta el momento. Y bien, destina 3.606.073 euros que, divididos por la cantidad atribuida a cada beneficiario, sitúa el número de éstos en unos 400. No hacía falta pensar un minuto para percatarse de que los posibles afectados -aun partiendo de la mencionada discriminación por razón de edad- habrían de ser muchísimos más. (Se han hecho unas 8.500 peticiones y sé de unas cuantas personas que ni se han molestado en hacerla a la vista de las condiciones que se ponían). Facilísimo: para dar más sólo hay que dar a menos.

Cuando ve el señor Madrazo que tiene a 8.000 personas muy enfadadas con él por haberles defraudado en las expectativas que artificial y electoralmente les había creado, amplía el importe global de las compensaciones de forma de dejar soliviantados sólo a 6.000. Pero no dice de dónde resta para poner ahí. Puesto que no dispone de una máquina de hacer dinero, resulta que el primer medio millón de euros lo detrae de las ayudas a las escuelas infantiles. Luego resulta que no, que a los días dice que tales ayudas se mantienen. O sea, que de otros sitios quitará. ¿De cuáles? ¿Quiénes serán los nuevos damnificados por los inventos del señor Madrazo?